Futuro incierto: finaliza la concesión de la Ciudad del Transporte sin ninguna alternativa

La Ciudad del Transporte ocupa algo más de 100.000 metros cuadrados pertenecientes al Puerto de Santander, que la Dirección General de Puertos otorgó a la entonces Diputación Regional de Cantabria en 1989 por un periodo de treinta años. Tras una prórroga por cinco años más, la única legalmente posible, la concesión finalizó este 30 de junio, dejando a 38 empresas y unos 250 camiones sin su lugar habitual de operaciones. A pesar de que es una situación dramática, los afectados parecen tranquilos, ya que el Gobierno regional les ha asegurado que podrán permanecer allí hasta encontrar un emplazamiento alternativo.

El 30 de junio concluyó la concesión portuaria de la Ciudad del Transporte, después de la única prórroga posible. Los cinco años de prolongación sobre los 30 inicialmente autorizados debieran haber servido para encontrar y habilitar un espacio alternativo, pero lo cierto es que, a unas pocas semanas de la evacuación obligatoria, no hay ni siquiera una idea clara de dónde reubicar los más de dos centenares de camiones y 38 empresas que tienen allí su base. Y no solo es necesario encontrar ese espacio alternativo, también es necesario buscar la fórmula para disponer de él y acondicionarlo.

El empeño que puso el Gobierno anterior en el macroproyecto de La Pasiega, acabó por convencer a casi todos de que iba a ser la solución a gran parte de los problemas de la región, desde el asentamiento de nuevas empresas, a la posibilidad de disponer de grandes espacios logísticos para el puerto e, incluso, como alternativa a la Ciudad del Transporte tras su clausura. Pero un proyecto de tal magnitud está sometido a muchas incertidumbres, sobre todo de orden urbanístico, y, aunque la obra avanza más rápido de lo previsto, las primeras instalaciones de La Pasiega no podrán estar disponibles en varios años. Mientras tanto, los transportistas necesitan una solución.

35 años

En 1988, los autopatronos del transporte bloquearon Santander con sus camiones hasta conseguir que el Puerto les cediese alrededor de 100.000 metros cuadrados situados en un lugar estratégico, junto a la autovía. Ya no era posible aparcar los camiones en la ciudad y para los residentes en la capital y su entorno resultaba vital encontrar un espacio próximo, seguro y bien comunicado donde dejarlo.

Tras jornadas de mucha tensión, en las que los transportistas colapsaron Santander con sus camiones, el entonces presidente de la Autoridad Portuaria, Miguel Ángel Pesquera, cedió ese espacio muy a regañadientes, ya que Puertos de Estado no contemplaba esta cesión. 

Tras disponer del suelo, el Gobierno regional creó una sociedad pública, Citrasa, para convertir este lugar en algo más que un aparcamiento.

En esas diez hectáreas, se destinó una superficie de 30.115 metros cuadrados para una zona logística (el núcleo central, constituido por dos grandes naves de almacenaje); la zona de servicio, donde se ubican varias empresas auxiliares para los transportistas; el aparcamiento de vehículos pesados, la auténtica razón de ser de un centro de transporte; y los viales, que aseguran la movilidad interna y la maniobrabilidad de los vehículos pesados.

Así nació un centro logístico que también ha servido para el asentamiento de unas 40 empresas. Aunque algunas de ellas hace tiempo que hicieron la mudanza, como Semark (Lupa) que pasó de los 10.000 metros cuadrados que tenía en Citrasa a los más de 43.000 que ocuparon sus nuevas instalaciones de Orejo, en el polígono de Marina-Medio Cudeyo y que ahora está ampliando. Este polígono también ha sido el elegido por Transportes Morero, de Liaño, para su traslado.

Entre las 38 empresas que aún mantienen su sede en Citrasa se encuentran Correos Express, Dachser y TDN Cantabria. También otros operadores logísticos, como Transportes Arrubor, que ofrece cobertura a los grupos DB Schenker, CBL Logística, Transaher, TSB o Luis Simoes; Transportes Cántabros Méndez, que opera como delegación de TXT; Transportes Hidalgo Argüello Hermanos, representante de Redur en Cantabria; o la agencia de paquetería de Transportes Setién Cespón.

En Citrasa también cuentan con espacios el Depósito Franco de Santander y la Agrupación Empresarial del Transporte de Cantabria (Aetrac).

En total, este parque de empresas y camiones da empleo, de forma directa o indirecta, a unas 200 personas. 

El arco de la bahía

Para que el cambio se produzca de la manera menos abrupta posible, el Gobierno de Cantabria y la comunidad de propietarios han creado una mesa de trabajo.

En ella, la Autoridad Portuaria va de la mano del Ejecutivo regional. Aunque su pretensión es recuperar esos terrenos, pretende hacerlo de la manera menos traumática posible: “Ese espacio es dominio portuario. La concesión termina ya y no hay posibilidades de prórrogas, por lo que ese espacio debe ser destinado a actividad portuaria”, señaló el presidente de la Autoridad Portuaria de Santander, César Díaz, en la última reunión de Círculo Empresarial de Cantabria Económica.

“Estamos coordinados con el Gobierno de Cantabria, confiando en que se puedan dar soluciones para poder recuperar ese espacio, pero siendo conscientes de que ahí existen empresas que están implantadas, que tienen actividad, que tienen puestos de trabajo y que necesitan una alternativa. Y se está buscando esa alternativa”, añadió el responsable del Puerto, que, junto con el Ejecutivo, están explorando las vías legales para ampliar la permanencia de manera transitoria, hasta encontrar un nuevo espacio.

Nadie especula ya con la posibilidad de continuar indefinidamente en ese espacio y el propio presidente del Puerto lo deja claro: “No podemos renunciar a ese suelo, que es portuario y que no tiene una actividad portuaria. Una vez finalizada la concesión y que no caben más prórrogas, hay que recuperarlo para crecer”, insistió Díaz en el Círculo Empresarial.

Sin embargo, reina la tranquilidad entre las asociaciones de transportistas. A mediados de mayo, los principales afectados mantuvieron una reunión con el consejero de Fomento del Gobierno regional, Roberto Media, en la que les aseguró que los camiones no saldrán de la Ciudad del Transporte hasta que no haya otra ubicación adecuada para ellos.

En los últimos tres meses, la empresa pública Sicán ha estado buscando posibles emplazamientos, y han sido muchos los ofrecimientos realizados por diferentes promotores urbanísticos (en Camargo, Penagos y Nueva Montaña). Los inquilinos de la Ciudad del Transporte son conscientes de ello y lo que tienen claro es que no quieren irse fuera del arco de la bahía de Santander. “Lo importante es que tenga una buena comunicación directamente con las salidas a la autovía, y que haya seguridad”, destaca el presidente de la Agrupación Empresarial de Transportes de Cantabria (AETRAC), Andrés R. Tárano.

“Aunque la ubicación actual es la ideal, hemos de confiar en que el Gobierno va a encontrar una buena alternativa’, manifiesta Tárano, y agrega que “puesto que La Pasiega aún no puede ser la solución, hemos de confiar en que tienen técnicos para ver las posibles ubicaciones, analizar propuestas y los fondos necesarios para acometer las inversiones que se pueden necesitar”.

Los transportistas no descartan, tampoco, que se les ofrezca una zona temporal para aparcar sus camiones, hasta tener listo el polígono de La Pasiega, tal como se hizo al habilitar un aparcamiento provisional para más de 100 vehículos pesados en una parcela de Raos mientras tenían lugar las obras del acceso directo al puerto desde la A-67.

María Quintana