Grupo Gerontológico Astur abre una residencia en Solares con 98 plazas
Es su séptimo centro de la empresa familiar asturiana
En estos momentos no hay plazas libres –ni privadas ni concertadas– en ninguna residencia para mayores de Cantabria, según la Federación Empresarial a la Dependencia. Estima que serán necesarias mil plazas nuevas de aquí a cinco años y, ante la necesidad de cubrir esta demanda creciente (el 17% de los cántabros tienen más de 70 años) son varias las empresas privadas dispuestas a abrir nuevos centros. El más reciente es la Residencia Solares, en Medio Cudeyo, en donde se han invertido casi seis millones de euros y que aporta 98 plazas.
Cantabria tiene menos de 15 centros de mayores por cada 10.000 personas de 80 años o más, una tasa inferior a la media del país, que supera las 18, según datos recogidos por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) en 2022.
El informe constata que en la comunidad autónoma hay 89 centros de atención residencial, de los que 61 son residencias para personas mayores, con algo más de 41.000 usuarios, pero la población cántabra continúa cumpliendo años y estos centros son insuficientes.
La demanda de personas que no encuentran plaza no deja de atraer iniciativas privadas que apuestan por abrir nuevas residencias en la región. La más reciente es la del Grupo Instituto Gerontológico Astur, que ha promovido la nueva Residencia de Solares, bautizada con ese mismo nombre.
Su proyecto ha supuesto una inversión de más de seis millones de euros. La constructora Rotedama ha sido la encargada de levantar el edificio en una parcela de algo más de 2.000 metros cuadrados situada cerca de la Plaza de los Danzantes, muy próxima a la entrada del parque Mina Pepita, en Solares. Las obras han durado 21 meses.
Una residencia, cinco unidades de convivencia
La nueva residencia tiene cinco alturas, sin incluir la planta baja y la subterránea, con una superficie construida de 715 metros cuadrados por planta. Dispondrá de 82 habitaciones, de las cuales 66 son individuales y 16 dobles, aunque cuatro de estas últimas, que la empresa califica como premium, tienen uso individual.
De esta forma, la nueva Residencia Solares podrá albergar a 98 personas, de las que el 85% dispondrán de habitaciones individuales, una tasa poco habitual. La mayor parte de las plazas estarán concertadas con el Gobierno de Cantabria.
Las plantas han sido bautizadas con los nombres que llevan los senderos del contiguo Parque Mina Pepita, un lugar mágico de paseo que aprovecha los espacios dejados entre las rocas calizas por la explotación de mineral de hierro que hubo en ese lugar hasta hace unas décadas: La Senda de los Susurros, El Atajo del Tiempo Perdido, El Desfiladero de las Anjanas o El Muro de los Deseos, entre otros.
En la planta baja del edificio se han ubicado la recepción, los despachos de dirección y dos salas de visitas para familiares, una más íntima y otra con grandes ventanales y salida directa al jardín.
Esta planta también acoge una sala de peluquería y podología, otra de rehabilitación, una sala para actividades grupales y el despacho de enfermería.
Los servicios generales (una gran cocina, la lavandería, dos vestuarios para los trabajadores del centro y las salas de almacenaje y de mantenimiento) se encuentran en la planta subterránea.
Las habitaciones ocupan las cinco plantas superiores y se organizan por unidades de convivencia, un nuevo modelo de atención basado en la creación de grupos reducidos (un máximo de 21 personas), que comparten unos espacios diferenciados, entre ellos el salón y el comedor.
La elección de la unidad en la que residirá cada usuario es valorada por el equipo del centro, en función de las necesidades de cuidado que requiera y de sus intereses personales. De esta forma, según Lucía Soto, directora de la residencia, se procura crear grupos lo más homogéneos posibles y facilitar la convivencia y los lazos sociales.
La forma de L de las plantas hace que parezcan estar dividida en dos partes diferenciadas, aunque comparten una zona común compuesta por un office (desde donde se les sirve la comida que envían desde la cocina), salón, comedor y sala de televisión. Estas zonas también se usarán para diferentes actividades. “Gracias a los ventanales y a la vegetación que se a través de ellos, hacen un poco de sala de estimulación cognitiva”, apunta la directora.
En la quinta planta hay una terraza que podrán usar los residentes más autónomos, y toda la azotea es otra gran terraza a la que podrán subir familiares y residentes.
Las habitaciones tienen una decoración alegre, con el mobiliario básico que es habitual en este tipo de centros (cama, armario y un escritorio con una silla por cada usuario), además de una butaca en la que se les servirá cada mañana el desayuno.
Las habitaciones premium (dobles con uso individual) también cuentan con una pequeña mesa y una butaca más.
Además de las terrazas y los grandes ventanales, destaca el suelo radiante de todo el edificio, que pretende ofrecer un mayor confort a los usuarios.
La directora destaca de la ubicación del centro, a las puertas del parque creado en la antigua Mina Pepita: “Es una suerte, porque supondrá un lugar más de esparcimiento para los residentes y sus familias”.
Además de los talleres y actividades que se realicen a diario con los usuarios, que incluyen tanto los de carácter lúdico como los de estimulación cognitiva u orientación espacial, el centro ofrecerá algunos servicios a los residentes y sus familias, como el etiquetado de prendas o el acompañamiento a consultas médicas, en caso de que así se requiera.
Grupo Instituto Gerontológico Astur
El Grupo Instituto Gerontológico Astur abrió su primer centro en Gijón en el año 1989. La propiedad de la empresa es la familia Campos Menéndez, de origen asturiano.
Dispone de seis centros más, de los cuales cinco están en Asturias y otro en Galicia.
El CEO del grupo, José Luis Campos Menéndez, revela que “la demanda de plazas residenciales en Cantabria ha supuesto una oportunidad de expansión para Grupo Instituto Gerontológico” y agrega que “al ser una comunidad limítrofe, permite seguir manteniendo un control estrecho de la gestión y de la calidad, como es habitual en los centros de Asturias”.
En la actualidad, la compañía tiene una plantilla de unos 400 trabajadores, que aumentará en medio centenar más cuando esté a pleno funcionamiento la Residencia de Solares.
María Quintana