La conservera Ana María abre La Galería de la Anchoa en Santoña
El espacio expositivo divulga la historia de las conserveras
Conservas Ana María ha abierto un museo-exposición junto a su fábrica del polígono industrial de Santoña con el que pretende divulgar la historia conservera de la villa y el proceso de elaboración de la anchoa. Para que la experiencia del visitante resulte más inmersiva, recrea un barco pesquero sumergido en un fondo marino.
La Galería de la Anchoa ha supuesto una inversión de 256.000 euros, con una ayuda de 100.000 euros del Grupo de Acción Costera Oriental (GAC), y acerca a vecinos y visitantes, de una manera interactiva y participativa, tanto la historia de la anchoa como todo el proceso de elaboración, desde que se pesca el bocarte en alta mar hasta que acaba en una lata.
Muestra máquinas, útiles y herramientas que tradicionalmente se han destinado a la pesca y la elaboración de esta semiconserva, que incluye cestas, un carro o barriles sicilianos. Todo ello se complementa con una proyección audiovisual y una escenografía en la que el techo refleja la superficie marina, con tonalidades cambiantes, y las paredes se ilustran con 46 fotografías, algunas de ellas cedidas por los vecinos, de distintas épocas, en las que se constata que el proceso de elaboración de la anchoa que no ha variado sustancialmente. También se pueden ver fábricas ya desaparecidas, cómo era la venta en la antigua lonja o el transporte en carros.
Aparecen, igualmente, lugares emblemáticos, como el Barco de Berria (una construcción en plena playa con forma de barco), la Machina, el Secadero o la procesión de la Virgen del Puerto.
La Galería de la Anchoa no solo es un museo-exposición. Dentro habrá demostraciones culinarias y talleres para que, por ejemplo, el visitante realice su propio tarro de anchoas. Las instalaciones cuentan, además, con una cafetería-tienda.
Para Ana María Fernández, propietaria de la conservera, supone hacer realidad una idea que llevaba en su mente 25 años, y confía en que la Galería se convierta en un referente de su sector y de la villa. Solo en Santoña hay más de 70 empresas vinculadas a las conservas.
En la inauguración estuvo presente el consejero de Ganadería, Pablo Palencia, quien ensalzó el papel de la anchoa como “emblema y embajadora” de Cantabria y el lugar destacado que ocupa dentro de la producción agroalimentaria cántabra. También mostró su reconocimiento “al paso arriesgado” que ha dado Ana María Fernández al embarcarse en esta iniciativa para dar a conocer el trabajo y el saber hacer de este sector.
En su opinión, la anchoa es uno de los productos estrella que ofrece Cantabria, y Santoña, “cuna de la anchoa”, es el lugar idóneo para este museo.
Tras la actuación de la coral Portus Victoriae de Santoña, el consejero de Pesca y la gerente de Conservas Ana María procedieron al corte de la cinta inaugural e hicieron un recorrido por las instalaciones junto a la fundadora de la empresa, Ana María Guerrero, madre de la titular actual.
Una marca de éxito
La conservera Ana María se creó en 1996 y, además de las semiconservas de anchoa, envasa ventresca, bonito, mejillones, zamburiñas, boquerones, chicharrillo y diversos tipos de pudding.
Asidua a la Feria de la Anchoa que cada año se celebra en Santoña, Ana María ha obtenido los premios a la Mejor Anchoa del Cantábrico en las ediciones de 2016 y 2017.
Asimismo, ha recibido el galardón a la Mejor Anchoa Orgánica de 2023, concedido por una agencia privada internacional, así como dos Taste Award, conseguidos en Singapur (2017) y en Bélgica (2019).