La economía circular de los helechos
El CIMA y Municipios Sostenibles investigan con éxito un método para controlarlos que a la vez genera recursos
La descontrolada expansión de los helechos se ha convertido en una plaga de los montes cántabros y, en otoño, contribuye a extender los fuegos forestales. Desde hace un año, el CIMA y la Mancomunidad de Municipios Sostenibles llevan a cabo un estudio sobre la forma de reducir su impacto y, a la vez, obtener un rendimiento económico. Este ejemplo de economía circular va a ser posible gracias a un principio activo presente en estos helechos, la ecdisona, un insecticida biológico que se pretende comercializar.
El compromiso del Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA) con la Estrategia de Acción frente al Cambio Climático de Cantabria (2018-2030) liderada por la Consejería que preside Eva Díaz Tezanos se viene materializando con diferentes acuerdos de cooperación con entidades públicas y privadas. Una de ellas ha dado lugar a un proyecto experimental puesto en marcha el año pasado para controlar las poblaciones de helecho común (pteridium aquilinum), muy abundante en nuestros montes, surgido por iniciativa de la Mancomunidad de Municipios Sostenibles.
Se trata de un proyecto encuadrable en lo que se conoce como ‘economía circular’ al que se han sumado la Asociación Cultural Bosques de Cantabria –entidad que planteó la idea original–, el IBBTEC y la Universidad de Cantabria, además de prestar su colaboración los Ayuntamientos de Colindres y Liendo, que cedieron sendas parcelas de monte para llevar a cabo la primera parte del experimento.
Se trataba de desarrollar un método de agotamiento del rizoma de la planta a través de siegas sucesivas para evitar su rebrote, lo que puede contribuir a prevenir incendios forestales, dado que este helecho actúa como un propagador del fuego, particularmente a finales del verano y en otoño, cuando su follaje está completamente seco.
El experimento tenía una segunda parte, comprobar el potencial aprovechamiento de sus principios activos para elaborar un insecticida biológico destinado a combatir plagas en cultivos y jardines de manera respetuosa con el medio ambiente.
Es sabido que uno de los principios activos de esta planta, la ecdisona, es un eficaz insecticida biológico, por lo que el objetivo de los promotores de este estudio era conseguir este producto de una manera rentable, propiciando una economía circular, es decir, que los ingresos obtenidos colaboren a sufragar su desbroce sistemático.
Los trabajos comenzaron en el verano de 2017 con la eliminación de helechos en dos parcelas de Colindres y Liendo, para ser posteriormente analizados en los laboratorios del Instituto de Biomedicina y Biotecnología (IBBTEC), dependiente de la Universidad de Cantabria.
De los helechos retirados se obtiene un insecticida biológico que se podrá comercializar
Los primeros resultados ya se conocen e indican que en los sectores más desbrozados, la biomasa se ha reducido de manera considerable y, por tanto, la cantidad de material inflamable. En el proceso de laboratorio se han extraído distintos tipos de muestras de la planta para cuantificar la concentración de ecdisona, la biomolécula con capacidad insecticida que resulta inocua en vertebrados, plantas y otros organismos. Esta fase de laboratorio ha determinado que el mayor contenido de este principio activo se encuentra localizado en las frondes (las hojas grandes).
El Proyecto Pteridium ha revelado una importante oportunidad, dadas las necesidades de biopesticidas de la agricultura a nivel mundial, como consecuencia de las nuevas legislaciones, mucho más restrictivas que las anteriores con el uso de pesticidas químicos.
Los resultados del proyecto han sido valorado con satisfacción por la vicepresidenta del Gobierno cántabro, Eva Díaz Tezanos, para quien la posibilidad de obtener un producto comercializable, plenamente coherente con los principios de la economía circular (residuos cero y aprovechamiento de los subproductos) “se enmarca en el propósito del Gobierno de Cantabria de promover una economía basada en el conocimiento y en la capacidad tecnológica, e impulsar el desarrollo de la I+D+i y el capital humano, dos activos fundamentales”.
El proyecto ha sentado las bases para un nuevo estudio que esta vez se hará de la mano de algunas industrias interesadas en el desarrollo de esta tecnología y en la potencial comercialización del principio activo.