La Zona Franca de Santander potencia el almacenamiento de graneles líquidos
Desde el Muelle de la Margen Norte se cargan y descargan directamente a sus tanques por un rack de nuevas tuberías
En España solo hay siete zonas francas, entre las que se encuentra la de Santander, un plus de la región para atraer empresas, debido a las ventajas fiscales y aduaneras que esta área implica. Esta centenaria entidad, dependiente del Ministerio de Hacienda, dispone de 36.000 m2 en la zona portuaria de Santander, en los que cuenta con almacenes, tanques para líquidos y otros espacios de almacenamiento y procesado. Ahora acaba de invertir un millón de euros para mejorar las tuberías que conectan la terminal de graneles líquidos con los barcos que llegan a cargar o descargar, unas tareas para las que les basta conectar sus bombas a los racores instalados en el Muelle de la Margen Norte. La Zona de Santander es la única de España que ofrece almacenamiento líquido.
Hace menos de un año que la Zona Franca de Santander renunció a derechos que tenía sobre el muelle de Maliaño, para facilitar la reubicación de la terminal de ferris a la Autoridad Portuaria, a cambio de poder instalar tres tubos para carga y descarga de graneles líquidos no peligrosos en el muelle de Margen Norte. Un rack de tuberías que acaba de inaugurar.
Con esta obra, enmarcada en su Plan Estratégico 2020-2022, la entidad pública pretende aumentar la competitividad de su terminal de graneles líquidos, la única instalación de este tipo en una Zona Franca española, con las ventajas aduaneras y fiscales que comporta esta figura: las mercancías pueden permanecer por tiempo ilimitado como si estuvieran en un espacio extrafronterizo y cualquier actividad de transformación y distribución que las empresas realicen dentro de su perímetro mantienen esas ventajas tributarias y arancelarias.
Apuesta por los graneles líquidos
La Zona Franca de Santander dispone de 36.000 metros cuadrados dentro del recinto portuario, de los que 25.900 m2 son propios. La cercanía de sus instalaciones a los muelles y el acceso directo desde los buques a los almacenes y depósitos son factores decisivos tanto para las operaciones ligadas a la exportación como para las de importación.
La Zona tiene tres fuentes de ingresos. La más evidente es el almacenamiento de graneles sólidos y mercancía general paletizada en las naves que posee, cuya ocupación está rozando el 100%, según destaca el delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Santander, Francisco Fernández Mañanes. Entre los principales clientes están algunos de los operadores más relevantes del Puerto de Santander, como Bergé, Cobasa, Santander Coated Solutions o Global Steel Wire (GSW), y en sus naves pueden encontrarse semillas, maíz, azúcar, bobinas de chapa…
El almacenamiento de graneles líquidos es otra línea de negocio relevante, y aunque se ha visto paralizado unos meses por estas obras, retomará la actividad gracias a las nuevas instalaciones.
La tercera fuente de ingresos está en el arrendamiento de instalaciones. Parte de la superficie de la Zona Franca está concesionado a empresas como Friologic, Macropesca o Azucarera Española, que se benefician de las ventajas fiscales que ofrece estar en Zona Franca, siempre que se trate, obviamente, de operaciones extracomunitarias, ya que todo el territorio UE es mercado interior sin fronteras.
De estas tres grandes patas en las que se sustenta la actividad de la Zona Franca, la que aporta mayores ingresos es el almacenamiento de líquidos, que supone en torno a un 40% de su facturación. Teniendo en cuenta que los dos objetivos principales del Plan Estratégico son activar todos los suelos sin uso y potenciar las instalaciones que aportan mayor valor, queda justificada la elevada inversión realizada para potenciar los graneles líquidos.
Un almacén de la Zona Franca se va a convertir en un ‘coworking’ de emprendedores
Es, también, una cuestión de oportunidad. “En el Norte hay demanda de graneles líquidos”, asegura el delegado especial, y ninguna otra zona franca tiene este tipo de instalaciones, “ni siquiera en Vigo, que como Cádiz o Barcelona, nació al calor de la industria de automoción”, añade.
La Zona Franca cuenta con seis tanques para líquidos –dos de 3.257 m3; dos de 1.800 m3, y otros dos de 650 y 450 m3–. Todos ellos están abiertos a quien desee utilizarlos, sujetos a tarifa, y gozan de la ventaja del régimen aduanero de zona franca.
Menos mermas y sin contaminación
Con un presupuesto cercano al millón de euros, las obras proyectadas por Ratio Ingenieros y realizadas por la constructora Fernández Rosillo, han deparado tres tuberías de acero inoxidable que conectan las instalaciones de los seis tanques con dos salidas directas a barco en el muelle de la Margen Norte, a cuyos racores puede conectarse con comodidad y enorme rapidez los buques que carguen o descarguen.
Las tuberías cuentan con un sistema de autolimpieza por bala o pig, que permite aprovechar la mayor parte del producto que queda dentro al finalizar el bombeo. Un mayor aprovechamiento reduce los costes del operador y facilita la posterior limpieza de la tubería. Tal y como destaca el presidente del Consorcio de la Zona Franca, Modesto Piñeiro, “este sistema, a diferencia de otros, permite que no haya mermas ni contaminación por mezcla”.
Gracias a esta nueva conexión, la Zona Franca podrá recibir y expedir multitud de productos, incluidos alimentarios, y, podrá atender a dos barcos con productos diferentes a la vez, ya que dispone de dos posiciones salida-buque separadas por unos 100 metros de distancia. Eso evitará otro coste, el de los tiempos de espera en muelle.
“Nos consta el interés de algunas empresas por ocupar nuestros tanques y estamos totalmente confiados en que los llenaremos rápidamente”, avanzan Piñeiro y Mañanes.
Aceites, ligninas, fertilizantes líquidos o melazas son algunas de las cargas que volverán a almacenarse en estos tanques de la Zona Franca. “A excepción de las sustancias peligrosas, estamos trabajando con todo tipo de graneles líquidos”, confirma el delegado especial, que revela que, puesto que los dos tanques más grandes se construyeron en 2017, las actuaciones de mejora se han centrado en los dos pequeños, reparando los techos, interiores y exteriores. Los dos tanques restantes, los medianos, se sustituirán por otros nuevos antes de que acabe el ejercicio, porque tienen más de 60 años.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Santander (APS), Francisco Martín, ha destacado “el valor de la Zona Franca como activo del Puerto”, y ha ensalzado “la adaptación, en paralelo, del Puerto y la Zona Franca, con inversiones adaptadas a los nuevos tráficos y a las exigencias de un mercado muy cambiante”.
Renovación de espacios
Además de la instalación de la tubería, los trabajos han incluido la demolición del Almacén Número 10, que ha dejado libre una superficie de 1.000 m2. Esta parcela, junto con otra de 3.000 m2 que ocupaba el antiguo silo de Alfa, saldrán a Oferta Pública de Arrendamiento en las próximas semanas. Cualquiera de los dos espacios es, por su ubicación a 30 metros del cantil del Muelle de la Margen Norte, especialmente idóneo para acoger empresas que quieran instalar sus propios tanques de graneles líquidos o realizar una actividad productiva que requiera de conexión por tubería a muelle.
También en las próximas semanas se inaugurarán dos espacios totalmente renovados de la Zona Franca. El primero de ellos es el Almacén Número 3, que ha sido reconvertido en un coworking para los jóvenes emprendedores de la región, que se gestionará desde EJECAN, dependiente de la Dirección General de Juventud. Tendrá capacidad para 16 emprendedores, que podrán alquilarlo a un precio asequible.
Almacén de arte
También ha sido reformado el Almacén Número 5 para servir como almacén de obras de arte del Gobierno de Cantabria –procedentes de fondos de centros culturales y museos–, con todos los sistemas de seguridad y vigilancia que garanticen una adecuada custodia.
Zona Franca
Ambas obras, en las que la Zona Franca ha invertido en torno a 220.000 euros, ya han concluido y están a punto de ser inauguradas.
Ampliación fuera del recinto
Desde que el Puerto Franco se transformó en Zona Franca tiene la opción de seguir creciendo fuera de su espacio original y creando espacios empresariales siempre que cumplan una serie de requisitos –que el recinto esté cerrado y sometido a vigilancia aduanera; que el Consorcio sea titular de los terrenos en propiedad o como concesionario, y que la instalación reciba la autorización del Ministerio de Hacienda–. Recientemente, la Zona Franca rehabilitó una nave en el polígono de Parayas con esta condición para almacenar productos metálicos.
Mañanes ha adelantado que el Consorcio está en contacto con la Autoridad Portuaria y con otras administraciones para buscar la forma de ampliar la Zona Franca en otros espacios del puerto. Aunque no hay un lugar decidido, se barajan el Polígono Wisock, de la Recta de Parayas, y la Ciudad del Transportista, que en 2024 retorna al Puerto, al concluir la concesión, que no admite nuevas prórrogas. El delegado especial confiesa que la Zona Franca siempre ha tenido la mirada puesta en ella, por estar muy próxima al Puerto. “Es un área muy interesante para proyecto logístico, pero hay otras operaciones en vista. Veremos a ver qué ocurre”, deja en el aire Mañanes.
María Quintana