Lo mucho que nos queda por saber de la Covid
El mayor esfuerzo científico y económico de la historia no ha sido suficiente para caracterizar la enfermedad siete meses después de que el virus saliese de China
Siete meses después de que el coronavirus llegase a Europa quedan demasiadas dudas por resolver, demasiadas teniendo en cuenta que en este tiempo se han sumado a la lucha contra esta enfermedad más medios técnicos, económicos y humanos que nunca antes. Una potencia de fuego histórica que está mejorando los tratamientos a los infectados y reduciendo el porcentaje de fallecidos y que alumbrará en los próximos meses algunas vacunas, pero sobre cuya efectividad aún existen muchas dudas. La propia OMS ha advertido de que quizá ninguna llegue a erradicar la enfermedad. Son tantas las incertidumbres que a veces cunde el desaliento, porque el trabajo de cientos de miles de científicos en todos el mundo aún no ha podido aclarar circunstancias como las siguientes:
¿Por qué se producen reinfecciones? La Universidad de Hong Kong ha reconocido que los análisis genéticos hechos por sus investigadores han confirmado que un paciente de aquel territorio que se había contagiado con una cepa del virus en abril volvió a infectarse de otra en agosto después de viajar a España. En Países Bajos y en Bélgica también se han detectado dos casos más, aunque, como el de Hong Kong, los resultados aún no se han publicado en revistas científicas. Por el momento no se sabe si se trata de casos excepcionales o van a ser algo frecuente. No son suficientes, tampoco, para saber si el virus reaparece con menos letalidad (probablemente sí, lo que le resta dramatismo a esta desagradable constatación) pero indica que quizá ninguna de las vacunas que se desarrollen hagan desaparecer el coronavirus, como ocurre con la vacuna de la gripe, que lo que evita es padecer las formas más graves de la enfermedad. También implicaría que no se producirá una inmunidad de grupo duradera a partir de la protección que ofrece haber pasado la enfermedad o de la que generan las vacunas.
¿Por qué tenemos más rebrotes en España? La forma de vida, la movilidad del verano… Son muchas las hipótesis pero pocas las certezas. De hecho, España es uno de los países donde más medidas se han tomado y más drásticas han sido, ha alcanzado los 143 nuevos casos por cada 100.000 habitantes en agosto, cuando Francia, por ejemplo, tenía 50. Es desanimante ver que con solo unos pasos, los que se necesitan para pasar la frontera con Gibraltar, aparecer una realidad completamente distinta, la de gente que no utiliza la mascarilla y, a pesar de eso (y el enorme tráfico de personas que entran y salen cada día del Peñón) se siente segura.
¿Cuántas personas se han contagiado hasta ahora? En la era de las estadísticas y de los aparatos espía que capturan todos nuestros datos e intereses, no hemos sido capaces de cuantificar con exactitud los afectados por la infección. En España ni en ningún país. Basta consultar la prensa extranjera. Tenemos indicios a partir de los PCR que se han realizado, pero hay que tener en cuenta que se han dirigido a colectivos concretos, quienes tienen síntomas o situaciones de riesgo lo que podría indicar una sobreestimación. Tampoco se pueden dar por absolutamente exactas las muertes atribuidas al Covid en cada país, porque los sistemas de cómputo son muy distintos y porque bastantes casos suscitan dudas.
¿Cuánta carga viral se necesita para enfermar? Mientras algunos expertos estiman que unas 1.000 partículas de Sars-CoV-2 son más que suficientes, no existe todavía una evidencia científica que lo demuestre. Lo que sí está constatado es que la exposición a un mayor número de partículas virales aumenta las probabilidades de infectarse y también de tener síntomas más graves. De ahí la importancia de evitar espacios cerrados abarrotados, utilizar mascarillas y lavarse frecuentemente las manos.
¿Por qué unas personas enferman gravemente y otras no? Los investigadores todavía no han hallado una respuesta para explicar por qué algunas personas contagiadas de Covid desarrollan síntomas leves, mientras que otras contraen la enfermedad de manera grave y permanecen infectadas durante semanas. Algunos expertos apuntan a la respuesta inmune de cada paciente como la clave para determinar la gravedad de la infección. Esta función inmune disminuye con la edad, por lo que las personas que se encuentran entre los 70-79 años son los más vulnerables a infecciones graves y letales, así como aquellas que padecen enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes o enfermedades cardiovasculares. A través de varios estudios se ha sabido también que los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de enfermarse gravemente y morir.
¿Qué papel juegan los niños en la transmisión del virus? Lo único que está claro es que enferman menos que los adultos, pero los científicos difieren en los motivos: mientras unos aseguran que su incidencia es menor porque no han estado tan expuestos al virus al cerrarse las escuelas, otros sostienen que no se han realizado suficientes pruebas en ellos al presentar síntomas muy leves. También continúa estudiándose la relación entre el coronavirus y la enfermedad de Kawasaki en niños, puesto que existe «una base sólida», según el doctor Simón.
¿De dónde procede el virus? Aún dando por seguro que el virus se transmitió a los humanos en China desde un animal (¿un pangolín?, ¿un murciélago? ¿otro animal?) no es posible precisar mucho más. Ni el momento ni el lugar. Aparentemente, llegó a Europa en enero, a través de algún pasajero de avión, pero quizá lo hizo antes. No hay nada que pueda explicar cómo puede estar presente en muestras de aguas residuales de Barcelona tomadas en marzo de 2019 y selladas desde entonces. Algunos científicos han despachado el asunto haciendo hincapié en que una cosa es el virus y otra la pandemia, pero eso no basta para despejar las dudas. Lo que damos por sentado hasta el momento (mientras no se rectifique) es que el paciente cero del mundo se produjo en China y empezó a infectar a otros a finales del otoño pasado. Un análisis de los primeros 41 casos confirmados, todos de personas que habían visitado el mismo mercado de mariscos en Wuhan, indica que la primera hospitalización ocurrió el 16 de diciembre. El paciente notó síntomas por primera vez el 1 de diciembre, así que la infección ocurrió antes.
La llegada a España, según una investigación del Instituto de Salud Carlos III y el Idibaps barcelonés que ha analizado el genoma completo del virus SARS-Cov-2 se produjo «alrededor del 14 y 18 de febrero de 2020» y debió aparecer por varias puertas distintas, porque hay al menos dos subgrupos diferenciados de la enfermedad
¿Mutará el virus? La experiencia demuestra que los virus mutan todo el tiempo, pero la mayoría de los cambios no presentan diferencias significativas en su código genético. A medida que evolucionan se vuelvan menos mortales a largo plazo, pero eso tampoco está garantizado.
La preocupación es que si el virus muta, el sistema inmunológico ya no podrá reconocerlo y la vacuna específica que se haya desarrollado dejará de funcionar, como sucede con la influenza.