Moda Re aprovecha el tirón del mercado de la ropa usada

La compañía de inserción social relanza con una imagen renovada sus dos establecimientos, en Santander y Torrelavega

Cada vez son más los cántabros que miran con buenos ojos la ropa de segunda mano y prueba de ello es el éxito de las dos tiendas Moda Re, nacidas en el seno de Cáritas Diocesana de Santander. Cada año, esta organización recoge más de un millón de kilos de ropa usada en la región, de las que solo las más seleccionadas, por calidad y escaso uso se ponen a la venta.


Cada una de las prendas que se venden en las tiendas de Moda Re en Cantabria tiene una historia que contar. Sus nuevos compradores saben que de las perchas cuelgan las vivencias personales de anteriores propietarios anónimos a los que jamás podrán poner nombre ni apellidos, pero si algo tienen seguro es que su adquisición es un gesto respetuoso con el medio ambiente.

Detrás de esta iniciativa está Cáritas Diocesana de Santander, que cuenta con una tienda de ropa de segunda mano en la calle Cádiz de Santander y otra en la de José María Pereda (Torrelavega). Ninguna de las dos podría funcionar sin una infraestructura perfectamente organizada para conseguir que la ropa depositada en los más de 200 contenedores rojos repartidos por la región vuelva a estar a la venta.

El mercado de segunda mano está experimentando un fuerte crecimiento en los últimos años, gracias a sus precios, mucho más competitivos que los de las prendas de primer uso. Pero hay otras razones que explican este auge sin precedentes. 

Hasta hace algunos años, gran parte de la población española se mostraba reacia a comprar prendas usadas. Ese tabú ha ido desapareciendo al descubrir que en muchos casos se trata de ropa que apenas ha sido usada. Parte de ella, procede, incluso, de comercios en liquidación o de otros que dan salida a sus stocks antes de renovar las colecciones. 

La responsable de Moda Re en Cantabria, Lissete Gelves, es consciente de que aún quedan barreras culturales que derribar: “Queremos concienciar a la población para que la ropa usada deje de estigmatizarse, porque se trata de ropa en perfecto estado”.

Gelves indica que cada vez es más notorio este cambio de mentalidad, especialmente entre los más jóvenes –muy dados a realizar compras de este tipo en aplicaciones como Vinted–. No obstante, la clientela es variada: “No tenemos un único público, porque lo que para un joven es vintage, para una persona de mayor edad es acorde a su estilo”, detalla. Sin ir más lejos, la tienda situada en la capital cántabra cuenta en sus dos plantas con prendas para todos los gustos, desde gabardinas por menos de 20 euros a blusas para lucir impecable en eventos sociales o pantalones vaqueros para el día a día. Incluso dispone de una pequeña sección exclusiva para bebés y niños pequeños, con jerseys prácticamente sin uso a tan solo tres euros.

Doble higienización

En casi todos los armarios hay ropa que apenas se usa. Quizá esos pantalones que antes sentaban bien, ahora ya no, e incluso ese jersey de rayas que parecía bonito en tienda y está condenado a permanecer enterrado para siempre en el fondo porque a su propietario ya no le resulta tan vistoso. Todas esas prendas, incluyendo calzado y complementos, pueden tener una segunda vida. 

Una clienta revisa una prenda en la tienda de Moda Re situada en la calle Cádiz, en Santander.

Moda Re cuenta en Cantabria con 18 empleados, de los que la mitad tienen contratos de inserción. Ellos se encargan de recoger las prendas y enviarlas a una de las tres plantas del país en las que Cáritas concentra y selecciona la ropa.

Allí, la mercancía pasa por un triaje en el que se realiza un estricto proceso de higienización. La ropa que está en condiciones de volverse a comercializar se remite a una nave distribuidora, que en el caso de Cantabria está ubicada en Heras, donde se somete a una segunda higienización y, tras su preparación, se transporta a las tiendas. 

Las prendas que no cumplen con los requisitos mínimos se transforman en trapos industriales o se reciclan como nueva materia prima. De esa forma, nada se desaprovecha. “Colaboramos en el ahorro de cerca de 11 millones de litros de agua y 77.371 toneladas de emisiones de CO2 al planeta y fomentamos un consumo textil respetuoso con el medio ambiente”, enfatiza Lissete Gelves.

Las tiendas cántabras de la cadena están integradas, como todas las demás, en una gran cooperativa nacional con 1.400 empleados que ya dispone de 170 establecimientos repartidos por 90 ciudades. El año pasado gestionaron más de 43 millones de kilos de ropa usada, de los cuales algo más de 1,13 millones procedían de Cantabria. 

La coordinadora de Moda Re se muestra convencida de que el volumen donado en la región podría ser aún mayor si se despliegan más contenedores, ya que en su opinión, la población está cada vez más sensibilizada hacia este tipo de iniciativas. 

Una iniciativa con valor social

La red de tiendas acaba de cambiar de nombre, de Koopera a Moda Re, para renovar su imagen corporativa, pero sus responsables matizan que su filosofía permanece intacta.

El dinero recaudado en las ventas –que aumentaron un 6% el pasado año– se reinvierte en su totalidad en las iniciativas de formación e inclusión laboral para los colectivos vulnerables que atiende a diario Cáritas.  

Vista exterior del establecimiento de Moda Re en Torrelavega.

Algunas de estas personas obtienen el permiso para conducir camiones, otros se decantan por cursos de costura y hay quienes prefieren formarse como personal administrativo. “En la tienda de Santander tenemos cinco empleados, dos en la de Torrelavega y nueve trabajadores en Heras. Nuestro objetivo es llegar a los 22 empleados y que entre el 60% y el 70% sea personal de inserción. Cuando contratamos no miramos si son inmigrantes, españoles o si tienen diferente cultura. Se buscan personas que quieran trabajar y contribuir a la economía local”, subraya Gelves.

Lissete Gelves: ‘Queremos que la ropa usada deje de estar estigmatizada’

El resultado es un equipo comprometido y cada vez más cualificado. “Además, Cáritas proporciona bonos a estos colectivos para que adquieran ropa de forma gratuita. Cáritas asume su coste”, apunta.

Conscientes de que el sector textil se encuentra en pleno proceso de reconversión de la tienda física a la online, la compañía no descarta llegar a contar con una plataforma propia en Internet. 

Lissete Gelves avanza, no obstante, que no guardaría muchas similitudes con las de las grandes corporaciones textiles. “Sería una tienda online diferente porque nosotros no tenemos mucho stock de una misma prenda. Nosotros vendemos prendas únicas”, recuerda.

David Pérez

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