Valdecilla tendrá unidad de protones
Ya ha comenzado la obra para instalarla y será el único hospital público que disponga de esta tecnología para tratar el cáncer
Ya hay inversores privados dispuestos a poner los 40 millones de euros que costará la unidad de protonterapia de Valdecilla, pero ni siquiera habrá que recurrir a ellos porque el Gobierno de Cantabria va a intentarlo por otra vía, la de los fondos europeos. Llegue por una vía u otra, se va a instalar y será la primera que tenga un hospital público español. El pedido está hecho y el fabricante podría tener la máquina acabada antes del verano. Valdecilla va a comenzar las obras del búnker de hormigón en el que irá enclaustrada.
El servicio de Radioterapia Oncológica de Valdecilla ha comenzado las obras para instalar la primera unidad de protonterapia que tenga un hospital público español y que requiere una inversión de unos 40 millones de euros. Con ella se pondrá aplicar la radioterapia más precisa que existe para el tratamiento oncológico.
El patio que se encuentra junto al servicio de Radioterapia parece hecho a propósito con este fin, tanto por dimensiones como por ubicación, aunque nunca se pensase para ello. Allí se incrustará el búnker de hormigón de 27 metros de largo, diez de altura y 12 de ancho dentro del cual operará la unidad de protones. Muy cerca, se construirán también dos quirófanos para braquiterapia de alta dosis, el tratamiento de radiación de altas dosis que se hace al tiempo que la cirugía, aprovechando el contacto directo con la zona a tratar. El servicio ya dispone de otros dos quirófanos para esta tecnología.
Pedro Prada, jefe de Radioterapia de Valdecilla, y promotor de la iniciativa, recuerda que será el único hospital de Europa con una unidad de protonterapia en su interior, ya que los pocos centros europeos que disponen de esta carísima tecnología se han visto obligados a construir el búnker fuera de sus edificios, por falta de espacio.
Con esta máquina, que por el momento está al alcance de muy pocos centros sanitarios, y otras incorporadas en los últimos años, Radioterapia conquista cada vez más espacios dentro del Hospital. El doctor Prada justifica las obras de ampliación que se acometerán junto con el búnker por el uso de la radioterapia cada vez en más patologías, no solo en las oncológicas. Valdecilla es los pocos centros de dentro y fuera del país que ha reunido ya todas las técnicas disponibles en el mercado “lo que nos convierte en pioneros y referentes a nivel europeo”, asegura Prada. No solo es una ventaja para los pacientes, “también es un atractivo para que muchos profesionales quieran venir a trabajar o a formarse”, reconoce.
Inversión
A pesar de que el inicio de la obra es inminente, el Servicio Cántabro de Salud no tiene cerrado el sistema de financiación. Existe un grupo de inversores extranjeros, del que no se han ofrecido hasta el momento más datos, dispuesto a financiar la unidad de protones, a pesar de la cuantía. Parecen convencidos de que, siendo un referente internacional el servicio que dirige el doctor Prada, no faltarán pacientes de dentro y fuera del país. Su intención es ceder su uso al Gobierno de Cantabria a cambio de un canon, una fórmula no muy distinta a la que permitió acabar la obra del Hospital.
Frente a esta opción, que hasta ahora parecía la única posible para recabar los 40 millones que se estiman necesarios para adquirir la máquina y hacer las obras del búnker donde irá instalada, ha emergido una alternativa, la utilización del Fondo Europeo de Recuperación.
El Gobierno de Cantabria ha encontrado la oportunidad de recabar fondos para financiar este equipo, el más caro de la historia del Hospital, sin tener que acudir a inversores privados. “No sabemos si al final se pagará con fondos europeos, privados o entre ambos ya que esta es una decisión política, lo único que sabemos es que en cuanto se comience a construir el búnker, empezarán a fabricar la unidad (se hacen solo bajo pedido) y nosotros estamos preparados”, explica Prada.
Esta tecnología es la más precisa en la aplicación de los tratamientos radiológicos y, al ajustar toda la radiación en la diana tumoral, permite actuar con descargas mucho más efectivas. Por ese motivo, y la expectación que se ha creado desde que se comenzó a divulgar que Valdecilla podría tener esta máquina, el Servicio está convencido de que tendrá un uso intensivo desde el primer día y se tratarán unos 600 pacientes de toda España, el sur de Francia y Portugal al año.
En este tiempo, los responsables del servicio han visitado y estudiado minuciosamente unidades existentes en Estados Unidos, Holanda, Bélgica y Dinamarca y creen que la entrada en servicio podría ser más rápida de lo que se suponía. Por lo pronto, Prada trabaja con la hipótesis de que la unidad de protones estará en Valdecilla antes del verano, lo cual no quiere decidir que entre en servicio inmediatamente, ya que el proceso de instalación es muy complejo.
La protonterapia no solo crea expectativas para muchos potenciales usuarios de todo el país, también en la Universidad de Cantabria. Ya está previsto que algunos de sus investigadores la puedan utilizar en horario nocturno y durante los fines de semana. Un uso intensivo que colaborará a financiar la enorme inversión que requiere.
Para una amplia gama de tumores
El Ministerio de Sanidad establece que serán prioritarios los tratamientos de tumores pediátricos, oculares, de base de cráneo y paraepimales. También es una técnica muy recomendada en algunos tumores de cabeza y cuello, cerebrales, de mama, pulmón y gastrointestinales y se recomienda en subgrupos de pacientes con linfomas y tumores urológicos.
Su uso, en realidad, puede casi tan amplio como se desee, puesto que también se recomienda para aquellos pacientes a los que hay que volver a radiar y que anteriormente han sido tratados con fotones. La ventaja de los protones frente a los fotones es que permite suministrar la dosis exacta a la profundidad donde se encuentre la lesión. La máquina no solo es capaz de aplicar el haz de protones en el punto exacto de las coordenadas en las que se ha detectado el tumor, sin que la radiación afecte a las partes anejas, sino que además mantiene localizadas esas coordenadas con toda exactitud aunque el cuerpo se mueva a consecuencia de la respiración o los latidos del corazón. De esa manera, el tumor recibe toda la intensidad de la radiación y no hay que temer daños en los tejidos sanos.