Aerogeneradores cántabros de bolsillo

Situar un parque eólico en un entorno urbano es una idea inimaginable para cualquiera que piense en esas grandes torres que van a empezar a poblar el paisaje cántabro. De hecho, el impacto visual y sonoro de esos gigantescos molinos está en el origen de los reparos a esa energía renovable. Sin embargo, un empresario cántabro está empeñado en demostrar que se puede aprovechar la energía del viento en escenarios mucho más próximos a quien va a consumir la energía eléctrica.
Si bastara con reducir la altura de la torre y la longitud de las palas hasta que tuvieran un tamaño compatible con un entorno urbano, ese paso ya se habría dado. Pero la pérdida de eficiencia de un molino de tan pequeñas dimensiones sería tal que no justificaría su uso. Era necesario partir de otro concepto, como el ideado por la empresa cántabra Indesmedia Eol, que ha diseñado un minimolino eólico de eje vertical en el que las aspas giran de manera paralela al suelo, con lo que su longitud ya no supone un problema a la hora de determinar la altura de la torre. Pero lo que realmente diferencia este modelo de otros de eje vertical que existen desde hace tiempo en el mercado es el rotor dinámico, patentado por Indesmedia, que permite cambiar el paso de la pala para aprovechar al máximo la fuerza del viento.
Este novedoso diseño ha llamado la atención del Ministerio de Educación y Ciencia que lo ha incluido en su programa para el desarrollo de la energía minieólica. Un paso que ya han dado países como Gran Bretaña, en el que se ha puesto en marcha un Plan Estratégico para aprovechar la energía eólica en ámbitos más próximos al entorno habitado.

Un molino para cualquier ubicación

El diseño de aerogeneradores de eje vertical se remonta a los años treinta del pasado siglo, pero la mayor eficiencia de los molinos de eje horizontal hizo que la industria eólica se decantase, finalmente, por el modelo que todos conocemos. En términos de eficiencia, el rendimiento de estos últimos es imbatible, ya que si el aprovechamiento máximo que se puede obtener de un flujo continuo de viento se estima en torno al 62%, estas grandes máquinas de eje horizontal son capaces de acercarse al 50%. Su gran tamaño también colabora en que sean más eficientes pero los aleja de los entornos urbanos, donde es necesario valorar otro aspectos, como la contaminación visual y sonora, la seguridad o, simplemente, la escasez de espacio, que no permite albergar máquinas de tan enormes dimensiones.
En ese ámbito pueden entrar, en cambio, los aerogeneradores de eje vertical (aquellos cuyas aspas miran al cielo) y tras testar su prototipo en el túnel de viento del INTA, la empresa cántabra ya está sometiendo su diseño a una prueba real. Después de alcanzar un acuerdo con Endesa Ingeniería ha instalado un minimolino de cinco kilovatios en un edificio de Barcelona cercano a la Torre Agbar.
La idea es demostrar la viabilidad de este tipo de máquinas para cumplir un papel similar al que juegan los paneles fotovoltaicos en los tejados de casas y naves, es decir, la generación de energía renovable a pequeña escala para ser volcada a la red eléctrica.
Aunque no tengan el mismo rendimiento en el aprovechamiento del viento, una de las grandes ventajas de estas pequeñas máquinas frente a los parques eólicos de las zonas rurales es el abaratamiento de los costes de transporte de la energía producida. “Acercar la energía minieólica a las ciudades –señala el director general de Indesmedia, Alfonso García Girón– tiene que ver con ese concepto que se está intentando poner en práctica de la ‘generación distribuida’, es decir, que se produzca la energía allí donde se consume”. Algo que no resulta habitual, dado que no sólo los molinos, sino también las grandes centrales eléctricas convencionales por lo general están ubicadas muy lejos de los puntos de consumo.
La robustez de la máquina diseñada por la firma cántabra hace que sea capaz de soportar las grandes turbulencias que producen los edificios altos en los flujos de vientos y, por eso, también es apta para su aplicación en cubiertas de buques o en situaciones aún más extremas. Tanto que Indesmedia trabaja en la adaptación de su pequeño molino a las durísimas condiciones climatológicas de la Antártida, con la intención de que pueda ser utilizado por la expedición científica española a ese continente y para suministrar energía eléctrica a las bases de investigación allí instaladas.

Un grupo industrial

La minieólica no es la única energía alternativa en la que trabaja Indesmedia. Aunque este pequeño aerogenerador puede ser el producto con más aplicaciones potenciales, cuenta también con un sofisticado seguidor solar con grandes expectativas comerciales, dado que no solo reduce el mantenimiento en un 40% gracias a su sólida mecánica y a su diseño –es menos proclive a averías al no necesitar corona de giro–, sino que sus 32 fotodiodos de silicio detectan a cada instante el punto de mayor intensidad luminosa y reorientan el panel permanentemente hacia la posición de mayor rendimiento en la captación de luz.
Otra propuesta innovadora de Indesmedia es la integración de paneles fotovoltaicos en las torres que soportan los aerogeneradores, lo que conduciría a parques capaces de aprovechar simultáneamente la energía solar y la eólica, con importantes sinergias en la evacuación de la electricidad producida, en el aprovechamiento del suelo y en el mantenimiento. Como se ve, la empresa no es ajena a casi ningún campo de las energías renovables, porque también ha investigado sobre las centrales minihidráulicas, para las que ha diseñado un modelo innovador de turbina.
Además de los avances en el terreno de la ingeniería, la firma cántabra pretende dar el salto hacia la fabricación en serie de sus prototipos creando un grupo industrial. En este grupo tendrían cabida desde empresas de calderería y mecanizado a las de materiales compuestos, turbinas o equipos electrónicos. Según el plan de negocio diseñado por el fundador de Indesmedia, Alfonso García, este entramado de empresas podría generar hasta cien puestos de trabajo en los próximos tres años, aunque la difícil situación económica por la que ahora atravesamos no hará fácil poner en marcha esta iniciativa industrial.
A favor de los planes de la empresa juega el hecho de que uno de los sectores menos afectados por la crisis es precisamente la industria de aparataje destinado al aprovechamiento de las energías alternativas. Sin embargo, para que su apuesta por la energía minieólica tenga éxito, sería preciso que las primas con que ahora se favorece a la energía eólica se extendiesen a la generada por los pequeños molinos, algo que ya ha hecho Portugal. En España, se empieza a producir algún movimiento en esa dirección y, curiosamente, es la propia asociación de las empresas que gestionan los grandes parques eólicos la que empieza a plantear al Gobierno la conveniencia de crear ayudas específicas para impulsar la implantación de estos aerogeneradores ‘de bolsillo’.

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