BSH concluye su transformación en una fábrica de encimeras
Los cambios en el mercado de cocción amenazaban a la antigua fábrica de Corcho –hoy propiedad del consorcio alemán Bosch-Siemens–. Las cocinas completas que fueron su principal producto han sido sustituidas en los hogares por las encimeras y placas, lo que obligaba a desviar las cocinas de gas tradicionales hacia otros mercados menos desarrollados del Norte de Africa, Europa del Este o Asia.
Las reformas introducidas en la planta de Santander han permitido reorientar la producción hacia encimeras con acabados en esmalte, acero inoxidable y cristales templados o vitrocerámicos. De esta forma, se ha reencontrado con el éxito en Gran Bretaña, primer receptor de sus productos, e Italia, donde el grupo apenas estaba presente.
Para conseguirlo, en la planta de Santander se han introducido nuevos procesos de fabricación, con varios procesos automatizados y una máquina de corte por láser tridimensional. Al mismo tiempo, se ha creado un grupo de trabajo, con técnicos especializados en desarrollo de nuevos productos, algunos de ellos procedentes de otras fábricas.
La remodelación conllevaba un ajuste de la plantilla, que entre 2001 y 2004 dará lugar a la prejubilación de 106 empleados y la incorporación de 12 muy cualificados.
En la actualidad, la planta de BSH cuenta con 368 empleados que fabrican al año 480.000 electrodomésticos de las distintas marcas propiedad del grupo (Bosch, Siemens, Balay, Lynx, etc.). BSH tiene en España otras siete fábricas, especializadas por líneas de producto. En Echarri-Aranaz (Navarra) produce freidoras y radiadores; en Vitoria los pequeños electrodomésticos; en Estella los lavavajillas; en Esquíroz los frigoríficos; de las dos fábricas aragonesas de Montañana salen lavavajillas y aparatos de cocción y de La Cartuja, lavadoras.