Carrefour centraliza en Penagos la distribución para todo el noroeste

La estratégica situación de Penagos, en un eje de carreteras próximo a Santander, y la posibilidad de contar con una gran finca, ha permitido la construcción de uno de los cinco grandes centros logísticos que Carrefour ha contratado a lo largo de todo el país para el reparto a su gigantesca red de hipermercados y supermercados, producto de la unión de Continente y Pryca. La plataforma suministra ya a los hipermercados de Galicia, Asturias, Cantabria, el País Vasco y parte de Castilla y León.
Valentín Valle, que desde la Ciudad del Transportista de Santander atiende desde hace muchos años la logística del hiper de Santander, había ido reafirmando su papel en el grupo Pryca con varias plataformas más en otros lugares del país. Esta relación dio como resultado que Pryca ofreciese a Garvasa un contrato a largo plazo para la distribución de toda su zona norte, un proyecto que requería una dimensiones muy superiores a los 7.000 metros cuadrados que Valle ocupaba en la Ciudad del Transportista y una inversión de casi 1.500 millones de pesetas.
Valentín Valle encontró los terrenos adecuados en Penagos, junto a la carretera de Sarón, pero la gestión urbanística de los 95.000 metros cuadrados que adquirió era compleja. Cuando ya se habían dado muchos pasos, el proyecto quedó en el aire como consecuencia de un acontecimiento absolutamente inesperado. Las dos multinacionales francesas del sector, Carrefour (Pryca) y Promodès (Continente), rivales irreconciliables, se fusionaban. Todas las decisiones estratégicas quedaban paralizadas hasta que se valorasen las nuevas necesidades. Valle tuvo que volver a negociar, con el nuevo grupo fusionado que no sólo mantuvo el proyecto de la antigua Pryca sino que lo amplió para atender también a los hipermercados y supermercados que llegaban con la enseña de Continente. Se daba así vía libre a un gigante de 35.700 metros cuadrados y de once metros de altura en el alero y dieciséis en la coronación, al que habrían de llegar cada día con mercancías unos 60 camiones trailer y entre 20 y 40 más pequeños y del que saldrían otros tantos para el reparto a las tiendas del grupo.

Más empresas en la zona

Las inmensas naves, en las que pueden caber holgadamente cuatro campos de fútbol, se construyeron en poco más de un año, gracias a un sistema de estructuras prefabricadas que encajan entre sí, y comenzaron a operar el pasado verano, aunque la inauguración oficial no se ha producido hasta ahora. A ella asistió el presidente del grupo Carrefour, el ex ministro de Fomento Rafael Arias Salgado, el presidente y el vicepresidente del Gobierno cántabro y el consejero de Industria.
Aunque en estos momentos las naves se encuentran aproximadamente a la mitad de su capacidad operativa total, y atendidas por 250 operarios, ya se ha pensado en una posible ampliación, añadiendo un sexto módulo al conjunto.
El alcalde de Penagos, José Montejo, que desde el principio se ha convertido en uno de los principales valedores del proyecto por su efecto dinamizador sobre la economía de la zona, ya ha anunciado que la plataforma logística no sólo generará sinergias en sectores como el transporte o la hostelería, sino que va a propiciar el asentamiento en las proximidades de otras empresas de suministros de materiales y de servicios, que ya se han interesado por una gran parcela de titularidad pública.

Ocho kilómetros de estantes hasta el techo

El centro logístico de Sobarzo ha costado más de ocho millones de euros (1.500 millones de pesetas), financiados por Caja Cantabria. La construcción empezó con la retirada de 230.000 metros cúbicos de tierra, un trabajo encomendado a la empresa Arruti, que también hubo de aportar 150.000 m3 en rellenos. La cimentación y las soleras requirieron 7.200 metros cúbicos de hormigón y los pavimentos exteriores han necesitado 12.000 toneladas de mezcla asfáltica.
La nave, de 208 metros de largo y 172 de ancho es fundamentalmente metálica (lleva 42.000 metros cuadrados de planchas) además de un cerramiento de bloques de 1.400 m2. Tiene 56 muelles de carga y toda la estructura se sostiene con 80 pórticos metálicos de 52 metros de luz con pilar central, suministrados por Norton, Edificios Industriales, la empresa que se ha encargado también de la cubierta y los cerramientos.
El interior es diáfano, a excepción de 1.000 metros cuadrados de oficinas, para alojar las 30 filas dobles de estanterías, de 130 metros de largo, lo que suponen casi ocho kilómetros de estantes de cinco niveles de almacenamiento, y 4,8 kilómetros de pasillos, unas dimensiones que empequeñecen la figura humana y apenas permiten apreciar el movimiento de trabajadores y carretillas en el interior.
La construcción del centro logístico exigió el soterramiento de una línea de 55.000 voltios que atravesaba la parcela, un trabajo que realizó Inelecma, la misma empresa que ha instalado el centro de transformación, el alumbrado general (hay 2.700 puntos de luz), el grupo electrógeno y las baterías para los servicios informáticos. El complejo está diseñado para funcionar de forma autónoma, de manera que si se interrumpiese la energía exterior, seguiría funcionando con toda normalidad, al conmutarse el grupo y las baterías de los ordenadores de forma automática.
Otras empresas cántabras que han participado en la obra son Comulisa, que instaló la escaleras de acceso a las oficinas y la estructura y forjado metálico que las soporta, además de 14 puertas de emergencia y Odeman, encargada de todas las canalizaciones de saneamientos, agua, luz, telefonía y electricidad.

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