Copsesa abre BeUP, su primer centro deportivo en Santander
La fórmula ‘low cost’ aplicada a los centros deportivos tardó en llegar a Santander, y lo hizo de la mano de una gran cadena nacional. Ahora, es un grupo local, Copsesa (Constructora de Obras Públicas San Emeterio), el que se atreve a introducirse en un formato de negocio dominado por esas grandes marcas con su propia propuesta, BeUp, que se dispone a abrir su primer centro en la capital cántabra.
Como el paso del tiempo ha erosionado ese modelo de fitness popular y ha puesto al descubierto sus carencias, BeUp se dispone a dar un paso más. A vez que ofrecerá la tarifa de abono más baja de todos los centros deportivos que existen en Santander –y con la que se podrá acceder a todos los servicios que presta el centro– buscará diferenciarse con un atención más personalizada y una estética que aproxima sus instalaciones a las gamas más altas.
Amplitud y tecnología
El nuevo centro, situado en la zona de expansión de Santander hacia Monte, tiene 8.750 metros cuadrados, distribuidos entre un gran parking subterráneo, con capacidad para 180 plazas (más otras 60 en superficie) y dos plantas.
El amplio espacio a nivel de calle se ha distribuido en dos grandes áreas, la destinada a los niños y la zona de agua con dos piscinas, una de nado libre, con 25 metros de longitud y cinco calles, y otro vaso más pequeño pensado para un público infantil. Se completa con un spa, en el que se puede disfrutar de un circuito de chorros, un baño turco, sauna y las llamadas duchas de sensaciones, que además de reactivar la circulación sanguínea mediante ciclos de agua, convierten la ducha en una experiencia sensorial.
Los vestuarios, situados en la zona anexa a las piscinas, se han cuidado especialmente, no solo por su amplitud (400 taquillas en cada uno) sino también por la estética de los materiales empleados en sus revestimientos.
Aplicando la experiencia recabada en otros grandes centros deportivos, los gestores contratados por Copsesa han tratado de evitar en BeUp los problemas que suelen plantearse cuando los vestuarios infantiles resultan demasiado pequeños y los padres se ven obligados a utilizar los de adultos. La amplitud que se les ha dado y las cabinas personalizadas ayudarán a evitar ese problema.
En esa planta se sitúa también la zona dedicada a los niños, una pieza clave en todo centro deportivo en el que buena parte de sus abonos son familiares. El espacio se ha divido en una sala para los juegos y las actividades extraescolares de niños de entre tres y diez años (Kids Up), y otra (Fitness Junior) para que los que se encuentran entre los once y los catorce años tengan un espacio diferenciado en el que se les introducirá en el fitness, enseñándoles las posturas y los movimientos correctos para que cuando, a partir de los 15 años, accedan a la sala de los mayores sepan utilizar las máquinas y los ejercicios adecuados para su edad.
La zona infantil se completa con una ludoteca para los fines de semana cuyo uso se incluye en el abono familiar.
Otro de los espacios que están destinados a marcar la diferencia con otros grandes centros, y que trata de no incurrir en los mismos errores, es el dedicado al ‘cuerpo y mente’. Una sala en la que se llevarán a cabo actividades que requieren una gran concentración, como pilates, taichi y yoga. Se ha situado en un extremo de la planta baja, alejada de las actividades más ruidosas y en su construcción se han empleado paneles y materiales aislantes que evitarán cualquier sonido que altere el ambiente de relajación que precisan estos ejercicios.
Las actividades que más se relacionan con estos grandes centros deportivos, como el fitness, la sala cyclo, la de ritmo y las funcionales se concentran en la planta superior. La sala de fitness es un espectacular espacio diáfano de 1.100 metros cuadrados diferenciados en zonas de carga, multifunción y de peso libre, con cerca de 200 máquinas de última generación, un concepto que ahora tiene menos que ver con su diseño que con que la aportación de nuevas tecnologías. Las máquinas se activan con la pulsera que se entrega a cada abonado, y que le sirve también para acceder al parking, al interior del centro a través de los tornos del hall o para abrir las taquillas. En su chip, la pulsera también almacena los ejercicios realizados o el plan de entrenamiento propuesto por el monitor, que se puede visualizar en la pantalla de cada aparato. También es posible elegir paisajes que acompañan al deportista mientra utiliza la cinta o la bicicleta.
La planta superior cuenta con cuatro salas más, de unos 200 metros cuadrados, dedicadas a ejercicios de fuerza, de ritmo (zumba o cualquier otro tipo de baile), la de cyclo y una dedicada al crossfit, una técnica de entrenamiento cuasimilitar que aglutina ejercicios procedentes de distintas disciplinas, como atletismo, gimnasia o halterofilia, y que registra en España el mayor incremento de practicantes de toda Europa.
Una sala cyclo en anfiteatro
El elemento más llamativo de cuantos va a ofrecer BeUp, y el que mejor condensa las experiencias extraídas de otros centros, es la espectacular sala cyclo, en forma de anfiteatro, con diferentes niveles de altura para permitir que todos los participantes en las clases de spinning puedan seguir las indicaciones del monitor sin ser obstaculizados por quienes se sitúan delante. Es la única sala cyclo de Santander con estas características, y una de las pocas que existen en España.
El equipamiento esta formado por 85 bicicletas Tomahawk, la marca puntera en esta especialidad indoor. El espacio que las separa se ha calculado para que la actividad se haga cómodamente, y al eliminarse las barreras visuales desaparecerá también la situación que suele darse en otros centros, con la gente formando colas para intentar conseguir las máquinas más cercanas al monitor.
Las pantallas de televisión y el cuidado sistema de sonido también ayudarán a convertir esta sala en una referencia para esta disciplina.
Mejorar el modelo
Una de los objetivos que se han fijado los responsables del nuevo centro, a cuya cabeza está Manuel Abajo, es que BeUp suponga una evolución en el modelo de los centros deportivos low cost. Y no solo por ofrecer unas instalaciones de gran calidad con esa estrategia de precios asequibles para cualquier bolsillo, –el coste del abono individual está en torno a 43 euros mensuales, todo incluido–, sino evitando dos de los aspectos que más reproches generan entre los usuarios de los grandes centros deportivos, la falta de una atención personalizada y la masificación.
En la zona de recepción, BeUp ha situado dos mesas en las que se atenderá, además de la inscripción de nuevos abonados, las consultas que cualquier cliente del centro quiera plantear. “La atención va a ser más parecida a la que podamos encontrarnos al entrar en un hotel que a lo que suele ser un centro deportivo”, anuncia Carmelo Barquín, director comercial de BeUp.
Otra de las situaciones negativas que se pretenden evitar es la masificación que sufren otros centros. El objetivo es conseguir unos 9.000 usuarios de las instalaciones (el equivalente a unos cuatro mil abonos, dado el predominio de los familiares), pero se establecerán cupos en cada tipo de abono y listas de espera para que el uso de las instalaciones sea lo más equilibrado posible. Si el usuario se encuentra cómodo, se habrá dado un gran paso para fidelizarlo y para evitar la rápida rotación que suele darse entre los abonados a este tipo de centros deportivos. “Queremos que exista un vínculo con el centro –explica Barquín– y que si el abonado se tiene que dar de baja que sea por una causa de fuerza mayor”.
45 trabajadores
Frente a otras políticas de abonos baratos, en los luego hay que pagar por cada servicio, BeUp incluye el uso de todas las instalaciones en sus tarifas (piscina, spa, clases colectivas y ludoteca). Solo las clases individuales de natación se pagarán al margen del abono.
Una instalación del tamaño de BeUp requiere una plantilla extensa. Serán 45 personas, entre trabajadores directos y subcontratados, los que se hagan cargo de las diferentes servicios que va a prestar el centro. La parte técnica será desempeñada por instructores y monitores con títulos de formación profesional superior, como Tafad, o universitarios, como Inef (actualmente, Ciencias de la Actividad Física y del Deporte). La selección se ha hecho a través de la Agencia de Desarrollo Local de Santander, entre otras cosas porque que el nuevo centro responde al modelo de concesión y se levanta sobre una parcela de propiedad municipal.
Una propuesta con mucha competencia
La ubicación de las nuevas instalaciones, en la zona de Monte, ha sido uno de los factores que llevó en su día a Copsesa a interesarse por esta concesión, a pesar de que este nuevo centro convierte a Santander en una de las ciudades españolas con mayor oferta por habitante. En la capital cántabra concurren desde centros municipales de colaboración público-privada hasta cadenas con alcance nacional. De hecho, Metropolitan opera con dos clubs premium, GO Fit gestiona otro centro similar al de BeUp, y también están presentes Body Factory (Centro Deportivo Mataleñas) y Myst, la marca creada por AltaFit, el Marisma Wellness Center, Salesport y el Centro Deportivo Feygon. Buena parte de ellos se concentran en un pequeño espacio de la zona noroeste de la ciudad.
BeUp confía en que su estratégica situación, al pie de la S-20, y el equilibrio entre la calidad de sus servicios y el precio del abono sea suficiente reclamo para quienes se sientan atraídos por el fitness o por la natación en toda la zona de Cueto y Monte, que se ha convertido en la zona de expansión de Santander. Será la prueba de que este modelo mejorado de low cost es un camino para el éxito de los grandes centros deportivos.