(diciembre) El nuevo Lidl de Alday endurece la guerra del sector alimentario en Maliaño
El nuevo supermercado ha supuesto una inversión de seis millones de euros
El nuevo supermercado Lidl de Camargo es el décimo del grupo alemán en Cantabria y el sexto supermercado que se instala en el polígono de La Cerrada o en sus alrededores, lo que convierte la zona de Alday –donde también se encuentran los centros comerciales Bahía Real y Valle Real– en el punto crítico de la competencia que vive el comercio alimentario.
Maliaño no deja de incrementar su censo de comercios, al que se acaba de añadir un supermercado Lidl, situado frente al parque comercial Bahía Real. Ocupa la nave que utilizó el almacén de electrodomésticos J. Rivero, cuya transformación y equipamiento ha requerido una inversión de más de seis millones de euros, una obra realizada por la constructora cántabra Fernández Rosillo.
Se trata del primer supermercado de la cadena alemana en Camargo y el décimo en la región. La directora regional de Cantabria de Lidl, Garazi Devesa, destaca que este hito significa “consolidar nuestra presencia y compromiso con la región”.
Por su parte, el alcalde de Camargo, Diego Movellán, se ha referido a la “oportunidad” que supone para los vecinos tanto en el ámbito del empleo –ha creado 32 puestos de trabajo– como “aportando servicios de calidad”.
Un gran supermercado
El nuevo Lidl cuenta con una superficie de ventas de 1.550 m², aunque la nave casi alcanza los 5.000. Como todos los supermercados de la cadena alemana, se trata de una edificación de líneas rectas, con grandes cristaleras exteriores y un diseño funcional.
Estructurado en dos alturas, el acceso principal conecta con un vestíbulo acristalado que incluye una cinta transportadora y un ascensor para acceder a la planta superior, donde se encuentra la sala de ventas.
En el área comercial hay una zona de frescos y otra de productos refrigerados y congelados, así como una panadería donde se procede a dar el último tratamiento del pan mediante hornos condensativos.
El nuevo supermercado destaca por su diseño estructural de vanguardia, empleando materiales que garantizan eficiencia y durabilidad, como los paneles de hormigón prefabricados. También se ha tenido en cuenta la sostenibilidad, mediante la instalación en la cubierta de más de 559 m² de paneles fotovoltaicos, que aportarán una parte significativa de la energía consumida en el edificio.
El Lidl de La Cerrada dispone de un centenar de plazas de aparcamiento, con tres puntos de recarga para vehículos eléctricos.
Con este nuevo establecimiento, Lidl refuerza su apuesta por espacios modernos, cómodos y accesibles que mejoran la experiencia de compra del cliente.
Concentración de supermercados
En cualquier negocio, elegir una buena ubicación es fundamental para alcanzar el éxito. En el caso de las cadenas de supermercados, los responsables eligen estos espacios atendiendo a factores como su visibilidad, accesibilidad y la proximidad a centros de consumo o lugares con una gran afluencia de personas, como centros comerciales y zonas donde operan alguno de sus competidores, ya que la cercanía a estas áreas les asegura estar en el radar de un mayor número de clientes potenciales.
Por ello, cada vez es más habitual que los supermercados se sitúen cerca unos de otros, una estrategia que, aunque puede parecer arriesgada, ofrece ventajas estratégicas. Las zonas con varios puntos de venta similares suelen atraer a un mayor número de compradores, que encuentran allí una variedad de opciones y pueden comparar precios, lo cual genera un ecosistema de consumo. Además, les permite a las cadenas de supermercado entender mejor las tendencias de consumo y adaptar sus ofertas en función de la demanda.
Es lo que ocurre con el nuevo Lidl de Camargo, situado en un entorno en el que ya hay dos centros comerciales –Bahía Real y Valle Real–, y están presentes varias cadenas de supermercados, desde un Mercadona, situado en el parque comercial Bahía Real, hasta un Lupa que ha sustituido al Telco que allí había.
Hace un año, un supermercado Aldi se instaló justo al lado, ocupando el local que anteriormente albergaba un Dia, y a no mucha distancia se sitúan el hipermercado Carrefour del centro comercial Valle Real y la tienda para mayoristas Makro, creando así una zona de gran concentración de comercios alimentarios y de otros productos de primera necesidad.
Con esta apertura, Lidl se suma a la oferta existente, incrementando las opciones para los compradores y consolidando la zona como un importante centro de consumo y competencia en el sector minorista.
Compromiso con Cantabria
Los diez puntos de venta que Lidl tiene en Cantabria se encuentran repartidos por toda la comunidad autónoma: Castro Urdiales, Laredo, Reinosa, Astillero, Torrelavega (Sierrapando y Ganzo), tres en Santander (San Martín, Cazoña y La Albericia) y el recién inaugurado en Camargo.
La cadena suma más de 200 trabajadores en la región y calcula que genera cerca de otros mil empleos indirectos e inducidos. Su facturación en Cantabria supera ya los 200 millones de euros anuales y genera un 1% del PIB autonómico.
Además, Lidl induce otros efectos en la economía local, al exportar un 26% de los productos que adquiere en la comunidad autónoma para abastecer su extensa red internacional de tiendas. Entre los productos de su catálogo Sabores de Tradición hay tres cántabros, la quesada, las corbatas de Unquera y los sobaos pasiegos.
Crecimiento sostenido
Lidl nació en Alemania en 1977 de la mano de Dieter Schwarz, aunque la empresa familiar era anterior y su padre Josef ya había dividido su actividad en dos ámbitos, la venta mayorista (Handelshof) y las pequeñas tiendas de descuento en las que daba salida a los stocks sin vender.
Dieter potenció estos supermercados baratos bajo la marca Lidl y los multiplicó por todo el país y por el extranjero, hasta alcanzar, a día de hoy, una treintena de países. A España llegaron en 1994.
Aunque su origen está en los bajos precios, lo que implicaba que la mayor parte de los productos fuesen de marca blanca y con una única referencia, su evolución en nuestro país ha llevado a la compañía a ofrecer una gama cada vez más extensa de productos y a ampliar los adquiridos a fabricantes españoles (al comienzo, la gran mayoría eran de origen alemán), acercándose cada vez más al formato del supermercado convencional, también en la generosidad y en la modernidad de los espacios de venta.
Más ventas pero menos beneficios
La cadena alemana cerró el balance de su último año fiscal –comprendido entre el 1 marzo de 2023 y el 29 de febrero de 2024– en España con un crecimiento del 8% en su facturación. A pesar de ello, el beneficio –182 millones, un 2,8% sobre sus ventas netas– ha caído en 11 millones. La compañía lo atribuye a su estrategia de “contención de precios” que, según sus cálculos, mantienen la evolución del coste medio de sus productos para el cliente por debajo de la del IPC alimentario.
En los últimos años, Lidl ha pisado el acelerador en España, donde ya ha alcanzado una cuota de mercado del 6,4%, según los datos de la consultora Kantar Worldpanel. Este crecimiento le permite consolidar su tercera posición en facturación, solo por detrás de Mercadona y Carrefour.
En los últimos meses la firma alemana ha estrenado centros en el País Vasco (Zarautz), Navarra (Pamplona) y Galicia (Fene-Vilar do Colo), además del de Camargo, sumando cerca de un centenar de supermercados en el norte de la península.
Estas aperturas forman parte del plan expansivo en el que la cadena prevé invertir unos 220 millones de euros este año para sumar otros 40 puntos de venta en todo el país. Con ellos alcanzará los 700 supermercados en España.
Actualmente, la plantilla de Lidl en España supera las 18.500 personas. Además, la cadena alemana cuenta con unos 900 proveedores nacionales a los que ya compra producto por valor de más de 7.400 millones de euros anuales, más de la mitad destinados a la exportación.
María Quintana