‘El conflicto ha quedado atrás y hay más asociadas que nunca’
Usted es, desde hace dos años, la presidenta de las empresarias cántabras. ¿Qué pretende conseguir en AMEC?
EVA FERNÁNDEZ.– Me asocié porque entendía que las mujeres unidas podríamos conseguir logros y objetivos importantes que yo sola nunca hubiera podido conseguir. A partir de ahí me involucré en la Asociación, colaborando y participando muy de cerca. La vida te enseña que si quieres hacer algo no lo puedes dejar para mañana, tienes que intentarlo; por ese motivo presenté mi candidatura, rodeada de un gran equipo, sin esperanza de ganar. Y, a pesar de las múltiples barreras y dificultades, lo logramos.
Nuestro objetivo es conseguir la igualdad y que los derechos de la mujer sean reconocidos y estar en los órganos de decisión.
¿Y cómo lo van a hacer?
– Ha llegado el momento de dar un paso adelante, debemos centrarnos en acciones y políticas específicas que mejoren los derechos y oportunidades de las mujeres. Estamos igual o mejor formadas que los hombres pero nos exigen el doble por el mero hecho de ser mujeres.
¿Cómo han sido estos dos años?
– Ha sido un camino lleno de experiencias y de aprendizaje tanto de las asociadas como de las instituciones, que te enseñan día a día y te nutren de sabiduría.
Nos sentimos muy orgullosas de haber conseguido cambiar la imagen de la Asociación y, sobre todo, la percepción que tiene la sociedad sobre nosotras. Estamos mucho más valoradas, somos más protagonistas y, algo muy importante, la gente se interesa por las cosas que hacemos. Una prueba de ello es que el número de asociadas crece día a día. Hemos evolucionado como asociación y estamos presentes en la toma de decisiones de las Administraciones, aunque tengo que reconocer que aún queda un largo camino por recorrer.
¿Qué proporciona AMEC a las empresarias asociadas?
– Nuestro trabajo se fundamenta en tres ejes fundamentales: la formación, proporcionando a las asociadas herramientas para mejorar en sus empresas en función de sus necesidades; el trabajo ante las instituciones para conseguir estar presentes en la toma de decisiones; y el networking, ya que trabajamos en crear una red empresarial y comercial que beneficie a cada una de nosotras, conociéndonos y trabajando juntas.
Hacemos encuentros empresariales con representantes políticos, empresariales y, cómo no, el evento del año, que es el Premio Mujer Empresaria, en el que reconocemos la valía y fortaleza de una empresaria concreta.
Hay muchas mujeres que están en proceso de convertirse en autónomas o de crear su empresa y quizá piensen que se trata de un club elitista.
– No, en absoluto. Somos un punto de referencia para todas aquellas empresarias que tengan una idea de negocio y que quieran desarrollar un proyecto. No solo las informamos de todas aquellas subvenciones y ayudas existentes sino que también les asesoramos. Además, tenemos un grupo de empresarias que forman parte del Plan Asesora que están disponibles para apoyar a todas aquellas que lo necesiten.
Nuestro éxito está en la unión, si nos apoyamos más, seremos más fuertes y si somos más fuertes tendremos mayor presencia social, económica y profesional.
No puede quedar una sola mujer en esta región con un proyecto o idea de negocio sin desarrollar.
Da la sensación de que cada vez que se crea una asociación de género va contra otro género, en este caso, el de los empresarios masculinos.
– No queremos ir contra nadie. Queremos crecer en asociadas, crecer en presencia pública, apostar por un modelo de asociación unida frente a los retos que nos marquen los tiempos. Las mujeres empresarias debemos estar preparadas para demostrar de lo que somos capaces y no ver a los hombres como adversarios sino como compañeros y aliados y que ellos tengan también esa misma imagen de nosotras.
Queremos sensibilizar a las empresas y organizaciones de nuestra región sobre la igualdad como un factor de competitividad y eficiencia empresarial, favoreciendo una cultura empresarial que contemple la igualdad como objetivo estratégico de gestión, porque somos parte del tejido empresarial.
¿La crisis ha hecho más daño a las empresarias que a los empresarios?
– La crisis ha hecho muchísimo más daño a las empresas de mujeres, que a las de hombres, quizá por el tamaño de las empresas. Y, por el problema de la conciliación laboral, algunas han tenido que decidir si se iba su marido a casa o se iban ellas, y se han ido ellas.
Sin embargo, el número de asociadas ha crecido. ¿Es que las mujeres son más proclives a asociarse?
– No es que sean más proclives. Cuando llegué, la Asociación tenía poco más de 80 empresarias. Lo que hemos hecho ha sido volcarnos y nos hemos dado cuenta de que las empresarias necesitan herramientas que nosotros hemos procurado facilitarles, como formación o el networking, que les facilita abrirse a un mundo que quizá por sí mismas no podría alcanzar. En un encuentro empresarial voy a conocer gente que me va a aportar muchísimo y, además, me abre la puerta a poder hacer algo con las treinta empresarias que están ahí, a tejer una red de negocio. Eso lo estamos moviendo mucho y una te va trayendo a otra. Antes teníamos que estar convenciendo a cada una de que hiciese esto o lo otro, ahora la gente llama para informarse y participar.
¿Se ha cerrado ya el conflicto que se produjo en el último proceso electoral y que dividió a las empresarias?
– Sí, se ha normalizado, y al poco tiempo. A mí no me gustó nada lo que ocurrió. Nunca pensé que me iba a encontrar con lo que me encontré, pero lo hicimos bien, como luego se demostró, y yo soy una persona conciliadora. Me gusta hablar con la gente y la gente enseguida olvida, ve que lo estamos haciendo bien y se reincorpora. A mí me gusta ver el lado positivo de las cosas y cuantas más seamos, mucho mejor, de hecho, hay más asociadas que nunca.