El valor del asociacionismo en tiempo de crisis
Si la razón por la que alguien decide afiliarse, personalmente o como sociedad, a una organización empresarial es, fundamentalmente, la de tratar de cambiar, en la medida de lo posible, todas las cuestiones que le afectan de una manera negativa para poder desarrollar su actividad, no cabe duda alguna de que la razón es ahora más profunda que nunca.
Estamos atravesando todos, pero quizás nuestro sector de una forma más grave aún, la peor situación económica que ha conocido nuestra asociación en los veinte años de historia que tiene a sus espaldas. Por ello, se hace más necesario que nunca sumar voces para que se nos tome en consideración.
Son muchos los que a lo largo de estos veinte años han aportado su colaboración y apoyo a la Asociación. La ilusión de los apenas quince que la constituyeron, allá por el año 1991, y de los cien que hemos llegado a ser, no debe de ser en vano; tenemos que seguir trabajando para cambiar la situación entre todos, o cabe alguna duda de que, si a nuestro colectivo, y a otros muchos –por qué no decirlo–, se nos hubiera escuchado cuando señalábamos las perniciosas consecuencias que podría tener para la economía, para el empleo y para las empresas el estar financiando nuestra propia facturación, la situación de todos –incluidas las administraciones– sería hoy distinta y mucho menos grave.
Por ellos, por los que desgraciadamente han quedado en el camino, por los que resisten y por el futuro que nuestro sector merece, debemos de seguir reivindicando cambios. La economía no funciona –la nuestra, en absoluto–, el sistema falla, y debe de ser mejorado sin demora.
Nuestro sector merece existir, debe de hacerlo y merece hacerlo; las empresas y los miles de trabajadores que sustenta han de tener futuro, y aquellos que lo administran deben dárselo cambiando, y cambiando mucho.
Para todos aquellos que nos han acompañado en este camino, para los que lo abrieron y para los que lo continúan, gracias. Para los que nunca lo hicieron, para los que miran desde la barrera, que se lo piensen y que se sumen. Siempre es momento.
Una reunión con el Ejecutivo
Desde AEXCA continuamos, para todos ellos, con nuestra reivindicación. Recientemente, hemos solicitado sendas entrevistas, al presidente del Gobierno de Cantabria y al consejero de Obras Públicas para conocer de primera mano su visión sobre la situación de la economía de Cantabria; fundamentalmente, la inversión y los pagos.
No sabemos si la situación va a ir a peor, aunque desgraciadamente todo apunta a que sí. Sí sabemos que, con toda seguridad, para la mayoría de las empresas y autónomos de nuestro sector éste es el peor momento de la crisis. Debemos recordar el importantísimo número de ellos –cerca del 40%–, para los que las soluciones, si llegan, lo harán demasiado tarde.
Solicitamos las entrevistas para conocer las previsiones de inversión de nuestro Gobierno y las posibles respuestas desde el Madrid a sus reivindicaciones, la mayor parte de ellas coincidentes con las planteadas desde el colectivo al que AEXCA representa: ¿Qué sucede con las obras que abandonó el Gobierno Central (A8, Los Tornos, San Glorio) o qué pasa con la financiación para Valdecilla?
También queremos trasladar al Gobierno de Cantabria las medidas propuestas desde FESTCO, (Federación Nacional de Empresas Subcontratistas y Transportistas de la Construcción) al Ministerio de Fomento mediante escrito de 30 de junio. Medidas como:
– Programar y ejecutar mayores inversiones en infraestructuras.
– Imposición de un régimen sancionador a los incumplimientos de la ley de lucha contra la morosidad.
– Acreditación del pago al subcontratista, entre otras.
Nuestro colectivo seguirá reivindicando y, al mismo tiempo, aportando ideas que puedan ayudar a salir de esta más que lamentable situación en la que nos encontramos.
Juan Antonio Lantarón, secretario general de AEXCA