Fremap concluye su nuevo centro asistencial en La Albericia
Que algo se mueva en las quietas aguas de las mutuas no deja de ser una novedad, si se tiene en cuenta que viven una etapa marcada por la moratoria que se les ha impuesto en la captación de empresas y por la redefinición de su actividad frente al sistema sanitario. Es más llamativo aún si de lo que se trata es de la inauguración de un centro asistencial como el que Fremap ha construido en Santander y que viene a sustituir al que tenía en Marqués de la Hermida desde su llegada a Cantabria, a principios de los ochenta.
El crecimiento que en estos años ha experimentado la cobertura que Fremap presta a las empresas de la región, donde tiene asociadas 3.500 compañías, con una plantilla de 30.000 trabajadores, hacía necesaria una instalación que respondiera a estas necesidades. Así lo ha entendido el Ministerio de Trabajo que, a pesar de la política restrictiva que está aplicando en las inversiones –al fin y al cabo, las mutuas trabajan con recursos públicos–, dio luz verde a la construcción del nuevo centro.
Evitar la competencia entre Mutuas
La creciente tensión competitiva entre las mutuas que se ocupan de los accidentes de trabajo para captar nuevas empresas como clientes impulsó al Ministerio de Trabajo a adoptar una solución drástica. El camino elegido ha sido impedir que las compañías puedan cambiar de mutua durante un plazo de tres años, salvo en casos excepcionales. De esta forma, el Ministerio confía en que las mutuas dediquen todos sus esfuerzos al fin para el que fueron creadas, la prestación de atención sanitaria a sus asociados, en vez de emplearlos en tratar de incrementar su cuota de mercado a costa de otras, máxime cuando todas ellas son colaboradoras de la Seguridad Social.
La moratoria concluirá en febrero de 2013 y una de las consecuencias de este planteamiento ha sido la renuencia del Ministerio de Trabajo a autorizar la construcción de nuevos centros asistenciales. El de Fremap en Santander ha sido, de hecho, uno de los últimos centros en obtener luz verde antes de que esa moratoria entrara en vigor. Y lo ha logrado después de un riguroso análisis sobre las necesidades del nutrido colectivo laboral al que está obligada a dar cobertura. Con el edificio que Fremap ha levantado en la zona de la Albericia mejorará la calidad en la atención a estos trabajadores, gracias a un centro mucho más cómodo y funcional donde se atenderán las contingencias relacionadas con accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.
Gestión y rehabilitación
El nuevo centro asistencial tiene 2.000 m2 de superficie construida, que no agotan la edificabilidad de la parcela, por lo que cabe la posibilidad de futuras ampliaciones. La clínica ha sido concebida arquitectónicamente como un juego de volúmenes formado por varios prismas que combinan materiales distintos para resaltar su singularidad. El cristal del muro cortina comparte protagonismo en la fachada con un revestimiento de paneles de aluminio de tonalidades champán en unas zonas e imitación de madera en otras. El granito de Porriño es uno de los materiales empleados en la decoración de la entrada a las instalaciones, un elemento que se repite, como una seña de identidad, en todos los edificios de Fremap y del grupo asegurador Mapfre, al que pertenece la Mutua.
Los servicios que se prestarán en este nuevo centro asistencial se repartirán en tres áreas: la administrativa, la asistencial y la de rehabilitación. Las dos primeras se han situado en la planta baja, para eliminar barreras arquitectónicas, mientras que el gimnasio para rehabilitación, de atención programada, se ha ubicado en la primera planta.
Tal y como se venía haciendo en la clínica de Marqués de la Hermida, el nuevo centro prestará servicio de radiología ambulatoria, enfermería, medicina general y fisioterapia. Además de las salas para la atención médica y las curas, el centro tiene un box de urgencias donde se podrán atender los casos de pacientes que puedan llegar en una situación de emergencia médica, bastante infrecuentes ya que lo normal en una circunstancia así es que acudan al hospital más próximo.
Para reducir el coste del traslado a la nueva clínica, Fremap ha optado por aprovechar todo el aparataje de la antigua sede. La excepción iba a ser el equipo de radiología, que se pretende sustituir por otro de tecnología digital, pero hasta 2011 no se sacará a concurso la renovación de estos aparatos en centros sanitarios.
La asistencia médica será prestada por nueve personas, entre facultativos, enfermeras y fisioterapeutas, que atenderán incidentes relacionados con la actividad laboral que, en un 80% de los casos, suelen ser lesiones causadas por traumatismos.
Menos bajas laborales
Al igual que ocurre en otras mutuas, también en Fremap se está constatando una notable disminución en el número de bajas laborales entre sus asociados. Tanto los accidentes con baja como las contingencias comunes con duración superior a los 15 días –que es cuando las mutuas intervienen– han descendido una media de un 9% en relación con el pasado año. En concreto, el porcentaje de accidentados con incapacidad laboral transitoria se sitúa actualmente en 3,4 casos por cada cien trabajadores, una cifra históricamente baja para nuestra comunidad. Incluso ha descendido significativamente la asistencia al centro para tratar incidencias que no solían conllevar la baja laboral, al no revestir suficiente gravedad. Un signo más de que, en época de crisis, el trabajo es un bien escaso que se valora mucho más.
A pesar de ese descenso, el flujo de personas que acuden a Fremap, y que a partir del próximo mes serán atendidas en el nuevo centro, se aproxima a las 130 diarias, entre primeras asistencias y consultas sucesivas. De ahí la importancia de contar con unas instalaciones acordes con las necesidades que plantea un colectivo tan amplio. En las casi tres décadas que lleva en la región, Fremap ha logrado una penetración del 15% en el mercado laboral cántabro, un cifra todavía alejada del 25% conseguido en el conjunto del país, pero que no deja de ser notable si se tiene en cuenta la dificultad de crecer en territorios en los que ya existen mutuas con un fuerte arraigo local, como ocurre en toda la Cornisa Cantábrica.
Una inversión de cinco millones de euros
Las mutuas son unas entidades muy especiales, dado que se trata de gestoras privadas de recursos públicos, los que salen de las cuotas que trabajadores y empresarios pagan a la Seguridad Social. Y es con estos recursos con los que se ha sufragado los cinco millones de euros que ha costado este nuevo centro asistencial. De ahí que tanto las antiguas instalaciones de Marqués de la Hermida como las nuevas de La Albericia estén escrituradas a nombre de la Tesorería de la Seguridad Social.
La elección de La Albericia, una de las zonas de expansión de la capital cántabra, para ubicar la clínica, responde al mapa futuro de Santander, en el que cobrará más protagonismo la zona norte de la ciudad, gracias a vías rápidas de comunicación como la S-20, la Ronda de la Bahía, o el ramal que se construye desde la Marga hasta la Avenida de Los Castros. Estas ventajas no han pasado desapercibidas para otras entidades, hasta el punto de que se llegó a hablar de una ‘ciudad sanitaria’ en la zona donde se levanta el nuevo centro asistencial de Fremap. En ella convergían el proyecto, que Mapfre ya ha descartado, de levantar un hospital y el de la nueva sede de la Clínica Oftalmológica Cotero. Al menos una de esas tres iniciativas ha llegado a buen término.