Hotel Parque de Alceda
Para muchas generaciones de bañistas, los balnearios de Alceda y Ontaneda han tenido siempre un valor singular debido a la extraordinaria calidad de unas aguas, sulfhídrico-azoadas, que están consideradas como las más caudalosas y ricas en mineralización de las que existen en su clase en Europa.
El interés de los agüistas –que se desplazaban en muchos casos desde la vecina Castilla– por estas termas, impulsó la temprana construcción de hoteles y fondas, lo que convirtió ambas localidades en un importante centro del turismo termal que estuvo tan en boga hasta casi mediados del siglo XX.
La destrucción provocada por la guerra civil, durante la que se produjeron importantes daños en el Balneario, apagó el esplendor de aquella floreciente actividad. Aunque el manantial de Alceda se puso de nuevo en servicio, la actividad hotelera nunca llegó a recuperarse y la inexistencia en la zona de lugares de alojamiento condicionó decisivamente el aprovechamiento de sus aguas.
Nueva oferta hotelera
Para remediar esa carencia tradicional, la sociedad Parque de Alceda, en la que participan los propietarios de las termas, ha impulsado la construcción de un hotel de tres estrellas en los terrenos inmediatos al balneario.
El Hotel Parque de Alceda, que abrió sus puertas el pasado verano, se levanta en un rincón de singular belleza, junto al parque de árboles centenarios que le da nombre, y a orillas del río Pas. El Hotel dispone de 34 habitaciones de las que dos son individuales y el resto dobles, con cuarto de baño completo y calefacción por suelo radiante. El restaurante, denominado “Las Ardillas”, está especializado en cocina pasiega, con recetas recogidas en la zona y elaboradas al modo tradicional.
El hotel dispone también de dos piscinas –una de ellas infantil– de agua termal, que fluye directamente a una temperatura de 26 grados centígrados desde el manantial sobre el que se asienta el complejo. Los responsables de este centro tienen el proyecto de cubrir las piscinas para posibilitar su uso en pleno invierno.
Las instalaciones del hotel se complementan con una sala de masaje y un gimnasio, todavía en fase de montaje, dotado de aparatos de fitness (cinta, bicicletas, etc.) y de aparatos de gimnasia pasiva para usos terapéuticos.
La ubicación del Hotel Parque de Alceda lo hace especialmente indicado para la práctica del senderismo, el cicloturismo –existe un carril bici a orillas del Pas, construido sobre una antigua línea ferroviaria–, y los paseos a caballo.
Acceso directo al balneario
Desde las instalaciones del hotel se accede directamente al recinto del balneario, donde se puede disfrutar de baños termales, hidromasaje, chorros naturales, inhalaciones, pulverizaciones, duchas nasales, sauna, jacuzzi, lodoterapia y masajes. Un caudal de más de tres millones y medio de litros al día de un agua sulfurosa y rica en cloruro sódico ofrece una amplia gama de posibilidades terapéuticas que van desde las afecciones reumatológicas, respiratorias y anticelulíticas a las afecciones dermatológicas de todo tipo. Las cualidades de las aguas se han aprovechado para crear una línea de productos de cosmética que se comercializan con el nombre de Alcedina.
Tradición familiar
El balneario de Alceda, que abrió por primera vez sus puertas en 1860, ha pertenecido desde finales del siglo XIX a la familia Cortines que lo adquirió por algo más de trescientas mil pesetas de entonces. Suyo es también el vecino balneario de Ontaneda, comprado por una cantidad similar a la familia Bustamante-Basocco en 1909.
La vinculación de la familia Cortines a estas termas se ve reforzada por la apuesta hotelera que realizan ahora, conscientes de la riqueza que se encierra en este manantial del valle de Toranzo y del potencial turístico, todavía a medio explotar, de las aguas termales en Cantabria. “Cantabria es una región privilegiada en termalismo –señala la directora del balneario de Alceda, Josefina Cortines– y la Dirección General de Turismo debería hacer más por promocionar esta riqueza”.
