La ciencia al día
!Cuidado, un asteroide¡
Un grupo de científicos rusos y británicos asegura que el riesgo de que se produzca una catástrofe en La Tierra debida a la caída de un gran asteroide es mucho menor que lo que se pensaba. Este descubrimiento, que nos quita una preocupación de encima, sostiene que, estadísticamente, sólo cada 170.000 años cae un objeto de más de 200 metros de largo, frente a los tres mil o cuatro mil años que se calculaban. Ahora bien, si los grandes caen tan de vez en cuando, los pequeños caen casi todos los días y las lluvias de meteoritos también pueden ser catastróficas, aunque menos espectaculares. El nivel de riesgo depende de otros factores, como el material del que esté hecho el objeto estelar. Si son rocas, como sucede en la inmensa mayoría de los casos, no hay porque preocuparse pues lo más probable es que se hagan pedazos en la atmósfera; no obstante un 7% son minerales férricos, que no se deshacen y aunque parece bastante improbable que compartamos el destino de los dinosaurios, en la Agencia Espacial Europea están investigando formas para proteger la Tierra y no dejar nada al azar.
Radares en PCs
Un nuevo sistema de radar basado en ordenadores personales va a permitir a las tripulaciones de los barcos y de los guardacostas poder ver las imágenes de sus respectivos radares. Todo ello por medio de Internet, por supuesto. De esta forma, si fallase el sistema de radar de un barco, podría usar las imágenes de otro próximo en su propia pantalla.
Los radares convencionales se hacen para un cliente individual que debe poner su propio hardware y software, con lo que la conexión con otros sistemas resulta bastante complicada. El nuevo sistema, al utilizar Internet, es sencillo de introducir, resulta barato y basta con un software, un equipo de radar y un PC estándar.
Un escalpelo solar
Unos científicos israelíes han desarrollado un escalpelo hecho a partir de los rayos del sol y han conseguido utilizar el invento con éxito durante una operación para eliminar una lesión de hígado, si bien hay que señalar que, de momento, el experimento se limita a los animales. La operación se ha hecho con ratas y con pollos, pero abre perspectivas para que un día se pueda llegar a utilizar con humanos.
La luz del sol es un alternativa barata al láser que se usa actualmente en los quirófanos de todo el mundo desarrollado y que requiere un equipo bastante caro.
La investigación se ha llevado a cabo en el desierto de Negev y el escalpelo se ha construido a partir de un concentrador de fibra óptica que recoge, enfoca y conduce la luz del sol hasta el quirófano.
Grúas en la selva
Hay algunas preguntas que se hace la ciencia cuya respuesta ya la ha dado la literatura de ficción. ¿Dónde está la penúltima frontera biológica de la naturaleza? Pues, en las copas de los árboles, por donde se paseaba Tarzán. El proyecto llamado La Copa Global construirá veinte observatorios en los árboles que van a servir para contemplar la biodiversidad a esas alturas. Habrá observatorios en la selva africana, Panamá, Brasil, la India y hasta en países como Suiza o Alemania.
El principal problema hasta ahora era la dificultad de hacer observatorios a la altura de los árboles de más porte (hasta 90 metros) y de espesa copa, algo para lo que no sirven los satélites ni las estaciones a pie de suelo. Por eso, se ha optado por buscar un remedio muy prosaico pero práctico. Se instalarán en grúas, a pesar del efecto tan extraño que pueden hacer en una selva.
Desde allá arriba, como si fueran obreros de la construcción, los científicos tendrán acceso a dos hectáreas de selva con completa seguridad para estudiar las interacciones del bosque con la atmósfera, su papel en el cambio climático y las diversas formas de fauna que por allí pululan y de las que no se sabe demasiado.