La segunda vida de Laboratorios Pino

En un sector como el de la elaboración de productos farmacéuticos, con un abrumador protagonismo de las empresas multinacionales, no deja de ser sorprendente la capacidad de una pequeña firma familiar para hacerse un hueco en el mercado nacional, e incluso de conseguir un lugar de privilegio en el terreno de la sanidad equina.
Con sus setenta y cinco años de vida, Laboratorios Pino es, además, la empresa más antigua de cuantas operan en España en el ámbito veterinario. Su fundador, Manuel Pino, jefe de los Servicios Veterinarios de la Casa Militar de Alfonso XIII, creó en 1927 un pequeño laboratorio para elaborar productos farmacéuticos destinados especialmente a un sector, el de la sanidad equina, con cuyas necesidades y carencias estaba familiarizado por razones profesionales. En aquellos años esta cabaña ganadera tenía, además, una gran importancia económica, lógica en un país escasamente motorizado, en el que la tracción animal jugaba aún un papel preponderante.

Del Madrid de los Austrias a Cantabria

El lugar elegido para levantar las primitivas instalaciones estaba situado en pleno corazón del Madrid de los Austrias, en la Plaza de las Descalzas Reales. Un marco histórico que con el paso del tiempo y las restrictivas normas urbanísticas que se han ido dictando para proteger ese entorno, se avenía mal con el desarrollo de una empresa de estas características.
A las limitaciones que le imponía su emplazamiento se sumaba el hecho de que el ganado equino, en el que los Laboratorios Pino estaba especializado, había entrado en un acusado declive del que no se ha recuperado hasta épocas muy recientes. Todo ello provocó un progresivo languidecimiento en la actividad de esta industria familiar hasta producirse un bache empresarial que desembocó, a finales de los años ochenta, en un cierre de facto.
Es en esta delicada situación cuando se hace cargo de la gestión de la empresa su actual director y propietario, Manuel Pino García, nieto del fundador. Tras tomar la decisión de relanzar los laboratorios, se hacía necesario buscar un nuevo emplazamiento que permitiese el desarrollo de la empresa.
La vinculación familiar con Cantabria fue un factor determinante en la elección de esta comunidad para levantar las nuevas instalaciones, que se ubicaron finalmente en la localidad de Heras, en 1989.
En la actualidad, Laboratorios Pino, además de fabricar medicamentos para ovejas, cerdos, vacas, caballos y animales de compañía, elabora complementos para la nutrición animal a base de vitaminas y minerales, así como productos para la higiene y cuidado de los animales, entre ellos cremas y desinfectantes.
Los productos para la sanidad equina continúan ocupando un lugar preferente en el catálogo de la empresa, que exporta algunas de sus especialidades a países como Francia y Alemania. Los laboratorios cántabros siguen fieles a su vieja vinculación con este exigente sector ganadero, cuya importancia económica crece día a día, y donde el desarrollo de la hípica ha ocupado el lugar que antes ocupaba la especie equina como animal de carga y transporte.

Nueva fábrica sin ubicación decidida

Los trece años transcurridos desde su asentamiento en Cantabria han servido a Pino para afianzar su presencia en el mercado de la farmacopea veterinaria, hasta el punto de hacer necesaria la ampliación de sus instalaciones. Ante la imposibilidad de expandirse en su actual ubicación, los propietarios han optado por buscar un nuevo emplazamiento para el laboratorio, donde no sólo pueda desarrollar proyectos de investigación en nuevos fármacos, sino crear un departamento de análisis al servicio de los ganaderos. “En las nuevas instalaciones —explica la directora técnica, Sara Gómez Cuétara—, además del control de calidad de los productos que realizamos, podríamos hacer análisis de control de leche o muestras patológicas para el sector ganadero”.
En el proyecto de las nuevas instalaciones se han tenido en cuenta las especificaciones técnicas que se contienen en las exigentes normas de calidad establecidas en las Good Manufactured Practiques, el equivalente a la ISO 9002 en los laboratorios ganaderos.
La inversión prevista asciende a más de 150 millones de pesetas, de los que el 75% irán destinados a equipar una industria que exige sobre todo un control muy estricto de los procesos de fabricación, aunque en su caso esto no incluye la elaboración de los principios químicos activos —de mayores riesgos medioambientales— sino la mezcla de los diversos componentes del medicamento.
Esta nueva etapa exigirá una ampliación de la plantilla, que pasará de los 15 puestos de trabajo actuales hasta los 25.
Aunque los responsables del laboratorio confiaban en comenzar a ejecutar el proyecto antes de final de año, sus planes han chocado con un obstáculo imprevisto. A la hora de decidir la ubicación de la nueva planta, la familia Pino se había inclinado por la localidad de Reinosa. Los lazos familiares que le unen a Campoo y las ayudas oficiales ofrecidas para facilitar la instalación de nuevas empresas en una comarca en recesión, impulsaron a los propietarios del laboratorio a reservar una parcela de 5.000 m2 en el polígono de La Vega. Sin embargo, cuando nada parecía oponerse a la ejecución del proyecto, el anuncio de que una gran empresa —Suiza del Yeso (Suvesa)— iba a levantar en Reinosa una fábrica de paneles de fibroyeso para la que necesitaba cerca de 99.000 m2 de suelo, ha obligado al SEPES y al Ayuntamiento reinosano a realizar un nuevo replanteamiento del polígono, que amenaza con dejar fuera a otras empresas.
La situación planteada en Reinosa recuerda a lo ocurrido en el polígono de El Bosque (Entrambasaguas) tras ser elegido por Altadis para ubicar su Fábrica Norte. Aquella decisión era muy importante para la economía regional, pero supuso desairar compromisos previos asumidos por los propietarios del polígono con otras empresas de menor tamaño que aspiraban a asentarse en él y que tuvieron que improvisar otras alternativas. Una situación a la que podrían verse forzados los propietarios de Laboratorios Pino si no encuentran una rápida respuesta, y que podría desembocar, incluso, en el abandono de la comunidad autónoma.

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