Liberbank pierde 6 millones en Sodercan

Con la reducción de capital que el consejo de Sodercan aprobó en noviembre, de 19,7 millones de euros a tan solo 6,8, todos los socios (el Gobierno, Caja Cantabria y la Cámara de Comercio) han perdido buena parte de lo que habían invertido pero a quien más le ha dolido es a Liberbank, ya que Caja Cantabria, filial del banco, entró en el capital de la empresa pública con la renuncia expresa a participar en la gestión –que se la reservaba el Gobierno– a cambio de que se le garantizase en todo momento la cuantía íntegra de su aportación.
El Gobierno de la época, presidido por Ángel Díaz de Entresotos, accedió sin problemas a esta cesión. El interés de la entidad financiera estaba, exclusivamente, en colaborar en el desarrollo de la región, del cual acabaría beneficiándose, pero como cualquier otra caja o banco. El Gobierno, en cambio, necesitaba esa aportación privada para poder constituir la compañía y, además, quería tener las manos libres en la gestión, porque Sodercan siempre se ha comportado como una herramienta de la Consejería de Industria. También era consciente de que hubiese resultado muy polémico que la Caja participase en el día a día, y así evitaba suspicacias de sus competidores.
Con esta condición, Caja Cantabria aceptó asumir un 48% del capital, que después de la reciente reducción de valor y la ampliación posterior a la que sólo ha acudido el Gobierno se ha convertido en un 34%. Entre medio se ha quedado una diferencia de valor de seis millones de euros.
En teoría, esa pérdida debía serle resarcida por el Gobierno pero, en la práctica, el Ejecutivo de Ignacio Diego ha hecho oídos sordos a sus reclamaciones. Lo cierto es que ese pacto de caballeros adoptado en el acuerdo fundacional de 1984 nunca se llegó a documentar y eso desanima a Liberbank de acudir a la vía judicial. Sí aparece en actas del consejo, porque todos los representantes de la Caja han ido recordando el pacto cada vez que se renovaban los administradores de la empresa pública pero nunca se procedió a formalizarlo. Caja Cantabria estuvo a punto de conseguirlo con el anterior Gobierno y continuó las conversaciones con el actual, que parecía dispuesto a reconocer su derecho, pero tampoco lo llegó a sustanciar.
La reducción de capital ha puesto a ambas partes ante la eventualidad que tantas veces se valoró, la materialización de unas minusvalías en la inversión. Y ante esa circunstancia el Gobierno ha optado por olvidarse de todo lo anterior y no dar validez al pacto histórico. A Liberbank no le queda otro remedio que encajar una pérdida de 6,2 millones de euros en Sodercan, las dos terceras partes de la cantidad que puso Caja Cantabria en su día. Un apunte muy doloroso en unas cuentas que no están para muchas alegrías.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora