Manutención en cadena

Optimizar el espacio del que dispone y obtener el mayor rendimiento posible de sus cadenas de producción son dos de las preocupaciones básicas de cualquier fabricante. En torno a ellas se ha desarrollado una industria que trata de dar respuesta a las necesidades logísticas que se producen en el interior de las empresas, en la que confluyen la mecánica, la informática, la electrónica y la robótica. Se trata de la ingeniería de manutención, un sector que tiene por objeto la organización de los flujos de materiales, componentes y productos terminados en los procesos industriales de fabricación y almacenaje.
Las perspectivas de este negocio no pasaron desapercibidas para los fundadores de Maes que, desde su creación hace 40 años, ha dotado a muchas de las empresas de Cantabria de transportadores e instalaciones de manutención, que han servido para automatizar las cadenas de fabricación de industrias alimentarias, de electrodomésticos, farmacéuticas o de automoción.

Cintas transportadoras

En los años sesenta, la progresiva automatización de los procesos industriales dio pie a iniciativas empresariales como la que pusieron en marcha en Santander cuatro socios para suministrar equipos de manutención. La nueva empresa, conocida por la marca Maes aunque su denominación legal sea la de Sociedad Española de Manutención, se ubicó inicialmente en la calle Antonio López y comenzó a especializarse en el diseño y fabricación de cintas transportadoras de las que hicieron uso, entre otros sectores, gran parte de los consignatarios que operaban en el Puerto de Santander.
La progresiva implantación de las cadenas de montaje en todo tipo de actividades industriales abrió nuevas áreas de negocio para Maes a la vez que exigía una creciente complejidad y sofisticación en las instalaciones y equipos de manutención que fabricaba.
Las instalaciones de Antonio López pronto fueron insuficientes para las necesidades de la empresa, que a principios de los años setenta se trasladó a una parcela de 12.000 m2 en Guarnizo, de los que tres mil están construidos.

Del tablero de dibujo al diseño por ordenador

En el tiempo transcurrido desde su fundación, los viejos tableros de dibujo en los que los proyectistas de la oficina técnica ideaban nuevos tipos de transportadores o cómo adecuarlos al espacio en el que se debían instalar, han dejado paso a los diseños por ordenador que agilizan notablemente la respuesta a los problemas de logística que plantean las empresas.
Una vez realizado el diseño, pasa a su plasmación industrial en las tres naves donde Maes alberga una zona de corte y plegado de las planchas de metal, una sección de ajuste para los trabajos de calderería y de soldadura y una línea de mecanización, con tornos, fresadoras y prensas. La propia Maes monta en la empresa destinataria esas líneas internas de transporte.
Aunque los elementos básicos de los transportadores puedan ser los mismos, cada cliente requiere soluciones adaptadas al tipo de producto que fabrica y a las dimensiones de las instalaciones donde van a ser montadas.
Las cintas autoportantes de Maes transportan desde botones para la industria textil a billetes de la Casa de la Moneda e, incluso, piezas de barco de varias toneladas de peso. La firma cántabra ha trabajado para miles de clientes de todos los sectores y de los puntos más diversos del territorio nacional. Si las cintas transportadoras que ha construido e instalado en estos cuarenta años se unieran en una sola, sería posible dar la vuelta a España sobre ella sin necesidad de dar un solo paso, aunque a la pausada velocidad de entre 10 y 40 metros por minuto.

El impulso de la automoción

El declive de sectores como la línea blanca de electrodomésticos, para la que MAES trabajó en el pasado con asiduidad, ha sido paliada por la emergencia de otros, como el químico o el de alimentación.
La compañía fue pionera en la utilización del acero inoxidable en sectores como el catering y los comedores industriales, lo que la situó en una posición ventajosa cuando se generalizó el uso de este material en otros ámbitos. Sin embargo, el verdadero salto cualitativo para la firma de Guarnizo vino con la expansión en España de la industria de componentes para la automoción, un producto especialmente idóneo para la aplicación de sistemas de automatización. Los trabajos en cadena de este sector hacen necesario asociar multitud de dispositivos a los transportadores, para hacerlos capaces de efectuar volteos y giros o de colocar las piezas en diversas posiciones, además de establecer las cadencias o separar y clasificar los componentes que se trasladan de un punto a otro de la cadena de montaje.
Junto a los tradicionales transportadores de banda de PVC, de rodillos, de cadenas y aéreos, Maes ha desarrollado dispositivos como volteadores, secuenciadores y elevadores para productos tan dispares como cerámica, envases de vidrio o piezas de automoción, manipuladores para carga y descarga de tarrinas de postres y sistemas de agrupación de diferentes tipos de envases para su posterior empaquetado automático y paletización. En este último campo se han concentrado buena parte de sus nuevos proyectos, colaborando actualmente con otras firmas en la búsqueda de soluciones robotizadas para el transporte de palets.

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