Medio siglo ayudando a construir viviendas
Cincuenta años distribuyendo materiales de construcción dan mucha experiencia a la hora de afrontar los cambios que cíclicamente sacuden al sector de la edificación. La compañía BigMat Sito ha sido testigo de varias crisis como la que atraviesa ahora el negocio inmobiliario y es consciente de que de todas ellas se sale, a condición de contar con bases lo suficientemente sólidas como para capear el temporal y sabe, también, que quien ha sido lo suficientemente previsor puede llegar a salir reforzado.
La familia Pérez Núñez, responsable de esta empresa de Los Corrales, esperaba ese final de ciclo, aunque no con la rotundidad con que se ha manifestado, y desde hace algún tiempo ha ido adaptando su negocio a un nuevo escenario. En su opinión, los pequeños constructores y autónomos serán los que tomen el relevo de las grandes promotoras y la rehabilitación compensará, en parte, el descenso de obra nueva. Con estas perspectivas, BigMat Sito puso en marcha un autoservicio de materiales y herramientas para profesionales con el que prevé disminuir los efectos que tendrá sobre sus cuentas la ralentización de la vivienda. El otro punto de apoyo es la fortaleza que le da el pertenecer a un gran grupo nacional y europeo (BigMat).
Para Luis Pérez, gestor junto a su hermano Ignacio de BigMat Sito, la función que debe cumplir su empresa va más allá de los materiales que distribuye: “Nosotros lo que damos aquí son servicios”, subraya. Así crearon hace algunos años un espacio singularizado en las instalaciones del polígono de Barros, donde los profesionales de cualquier gremio de la construcción pueden encontrar todos los materiales y las herramientas que necesitan. Un horario amplio y la comodidad del emplazamiento, explican el éxito de esta iniciativa entre su clientela.
La puesta en marcha de la nueva línea de negocio fue posible al asociarse a un grupo nacional de almacenistas, lo que les otorga una gran capacidad de negociación de precios frente a los suministradores. De hecho, las ferreterías –con las que ahora compite– han sido uno de los sectores pioneros en la creación de centrales de compra.
La entrada en el alquiler de maquinaria
La última sección incorporada a este autoservicio son los equipos de protección laboral, pero Luis Pérez está pensando ya en una nueva línea de negocio, el alquiler de maquinaria. Una forma de mantener el volumen de ventas, que empieza a resentirse por la caída del sector inmobiliario. El almacén central de Los Corrales, desde el que se abastece a los grandes núcleos de población y a los ayuntamientos costeros, facturó en el primer semestre un 11% menos que el año pasado, al contrario de lo que ocurre con el que posee en Potes, un lugar menos dependiente de los ciclos de la construcción residencial.
Son las señales que emite un sector al que le espera una dura travesía para la que conviene estar preparado: “A nosotros, lo que más miedo nos da no es el descenso de las ventas –señala Luis Pérez–, sino el crecimiento de los impagados. Afortunadamente, hemos sido precavidos; tenemos bastante diversificada la cartera de clientes y contamos con un seguro de caución para esos casos”, explica.
No siempre es posible tomar tantas precauciones, como ocurre con las ventas a los autónomos emigrantes, a quienes las compañías de seguros se niegan a incluir en la cobertura de riesgos por impago. Sin embargo, la empresa de Los Corrales confía en este colectivo para el mantenimiento de la actividad en la construcción. Según sus previsiones, el sector de la rehabilitación debe ser el que tire ahora del carro y muchos de los trabajadores de la construcción que van a engrosar las filas del paro acabarán por convertirse en autónomos para aprovechar ese nicho de mercado. De ahí su interés por estos profesionales, a la espera de la reactivación de un nuevo ciclo de bonanza en la construcción. En cualquier caso, señala Luis Pérez, “la crisis la tenemos que asumir como un reto y nosotros estamos mejor preparados que nunca para sortearla”.
El respaldo de un gran grupo
La confianza que muestran los responsables de la firma corraliega también se basa en la seguridad que les da el pertenecer a una gran red de almacenistas asociados bajo la marca BigMat. El grupo no sólo funciona como una central de compras, sino que realiza campañas de marketing, aporta ventajas logísticas y forma a las plantillas de sus asociados, una necesidad básica en el sector de los materiales de construcción donde abundan las innovaciones.
Sito fue una de las compañías fundadoras de la filial española de BigMat, un grupo creado en Francia que se ha extendido también a Bélgica e Italia. De los siete almacenistas de materiales de construcción que dieron el paso en España en 1997 se ha pasado a 148 socios que forman una red de 250 establecimientos y facturarán este año cerca de 800 millones de euros.
El potencial de compra que reúnen les permite una gran capacidad de negociación con los proveedores y la compañía tiene acuerdos con fabricantes de todos los continentes. En China adquieren herramientas como palas o flexómetros; en países del Este de Europa, láminas impermeabilizantes y en Italia los diseños más novedosos en materiales cerámicos, aunque los fabricantes de Castellón han avanzado mucho en este campo. En esta última provincia, el grupo BigMat acaba de abrir una plataforma logística que servirá para agrupar las compras de material cerámico que realiza en la zona.
BigMat España, cuyo consejo de administración preside desde 2005 Luis Pérez, cuenta también con marca propia en muchos productos que van desde el cemento y el mortero seco a los discos de corte o la pintura plástica.
En los 19.000 metros cuadrados de almacén que suma la compañía entre su sede en Los Corrales y las delegaciones de Potes y Ribadesella (Asturias), se puede encontrar todo lo necesario para construir una casa, como corresponde a su vocación multiproducto. En la sede cuenta también con una exposición de dos plantas en la que muestra sanitarios, griferías, muebles de baño, pavimentos o chimeneas y a la que acuden no sólo profesionales –aunque suponen el 80% de su clientela– sino también particulares que buscan soluciones y asesoramiento para la reforma de sus hogares.
La exposición fue renovada íntegramente el pasado año, como una forma más de prepararse para los cambios que ya se oteaban en el horizonte y que van a exigir un serio esfuerzo para mantener los nueve millones de euros de ventas de 2007. Pero el sector, aunque tocado, continúa vivo y éste es el mensaje que Luis Pérez intenta transmitir a las 42 personas que integran su plantilla: “Aunque la construcción se ha desplomado, en Cantabria todavía hay una obra muy superior a nuestra facturación, así que tenemos que pelear para dar más servicios y atraer a más clientes”, les dice.