Nada es como parece
UN CAMINO INTRINCADO.– Las investigaciones que han puesto en marcha los bufetes de abogados que trabajan para los estafados por Madoff han puesto de relieve lo complicado que es seguir la pista de cada inversión financiera. Entre el cliente y el propio Madoff había una media de cinco intermediarios, de forma que casi nadie sabía realmente en manos de quién estaba dejando su inversión, ni en qué activos, ni quien era el tal Madoff.
LOS EFECTOS DE LA CRISIS.– La crisis tiene constataciones prácticas muy distintas; se compran menos coches, cae el precio de la vivienda y… la gente deja de tomar cerveza. Por primera vez en muchos años, el consumo en España cayó en 2008 un 2,8%. No parece mucho, pero los fabricantes están muy alarmados, porque la realidad es que este es el promedio anual y las perspectivas son de auténtica debacle. En el último trimestre las ventas bajaron un 14%. El problema parece baladí, pero las cervezas representan el 30% de la facturación de los 243.000 bares que hay en España y los negocios empiezan a estar apurados. Tanto que la principal compañía de distribución de licores ha dado orden de no servir pedidos que excedan del consumo del establecimiento en un mes. No solo los bancos toman precauciones.
LA DECEPCIÓN DE LOS FONDOS.– Después de diecisiete años de existencia legal en España, los fondos de inversión no han conseguido ganar al IPC, el objetivo aparentemente mínimo. También pierden si se les compara con los bonos del Estado. Lo preocupante no es que, en un plazo suficientemente largo, demuestren no haber cubierto las espectativas, sino que unos resultados tan pobres no se correspondan con las importantes comisiones que perciben los gestores profesionales.
USO ABUSIVO.– Las comunidades autónomas que, como Cantabria, han suprimido en la práctica el Impuesto sobre Sucesiones para atraer a las grandes fortunas van a tener que dar marcha atrás, porque el Gobierno está decidido a obligarlas a recuperar este impuesto. No hay que olvidar que la competencia sigue siendo estatal y que las autonomías solo tienen la posibilidad de fijar el tipo, aunque gracias a eso lo habían reducido hasta un nivel absolutamente simbólico. Madrid cree que los gobiernos regionales han hecho un uso abusivo de esa competencia y pretende que el impuesto se restablezca, al menos para las grandes fortunas.
LA NO NACIONALIZACIÓN NO ES NOTICIA.– La decisión de Hugo Chávez de nacionalizar el Banco Santander en Venezuela hizo correr ríos de tinta en españa a comienzos del pasado verano, que sólo amainaron cuando quedó claro que no sería una expropiación pura y dura, sino que las partes negociarían un precio. No obstante, llama la atención que ahora casi ningún medio haya dado la noticia de que Chávez renuncia definitivamente a hacerse con los activos del Banco cántabro en su país, donde los dólares del petróleo ya han dejado de fluir a raudales.
UNA MEDIDA QUE SI FUNCIONA.– La decisión del Gobierno alemán de estimular la venta de coches con una subvención al comprador de 2.500 euros ha tenido una respuesta inmediata en las visitas a los concesionarios, que han obtado por abrir los sábados para atender a los clientes. En un mundo tan globalizado, eso se ha notado en las plantas alemanas de montaje, pero también en algunos fabricantes españoles de componentes, que están renunciando a aplicar parte de sus EREs para atender la demanda que llega de Alemania.
LOS SOBERANOS TAMBIÉN SUFREN.– Los fondos soberanos han pasado en unos pocos meses de ser los reyes del mambo a los paganos de una crisis en la que nadie se salva. Los países emergentes creyeron que su ahorro estaría más seguro en los grandes bancos occidentales y la decisión ha resultado ser desastrosa. No solo han perdido el 70% de su valor, sino que están virtualmente atrapados, porque saben que cualquier amago de retirada haría caer definitivamente los bancos depositarios y toda su inversión acabaría por disiparse.
HACIA EL PARÓN ABSOLUTO.– En el último trimestre del pasado año, las catorce mayores constructoras del país –lo que se conoce como G14–, iniciaron tan sólo 135 viviendas. La cantidad es tan irrelevante que no permite ninguna esperanza: cuando se acaben las promociones en ejecución, vamos hacia la nada.