Nada es como parece
MAL DE MUCHOS…SOLUCIONES.– La sorprendente caída de la economía alemana en el segundo trimestre del año, cuando el país parecía recuperar la senda del liderazgo, no le viene demasiado bien a España, que encuentra allí un gran mercado para sus productos –y muy especialmente Cantabria–, pero puede tener otros efectos indirectos más positivos, como el descenso de los tipos de interés. Durante años, el Banco Central Europeo los mantuvo artificialmente bajos para ayudar a la economía germana a salir del bache y eso produjo un extraordinario efecto riqueza en España, donde el precio del dinero estaba por debajo de la inflación. A medida que Alemania se recuperaba, subía el tipo de interés con gran dolor de los muchos españoles que tienen una hipoteca y de los promotores. Ahora que Alemania vuelve a pinchar, Italia está prácticamente en recesión, el milagro irlandés ha dejado paso a un crecimiento cero y Francia camina más o menos al ritmo de España, el BCE considera la posibilidad de reblandecerse y los tipos pueden empezar el camino de vuelta.
INTERVENCIONISMO.– Por mucho que se diga, a la hora de echar una mano, hay pocas diferencias entre los políticos que se declaran liberales y los más proteccionistas. Y si no, ahí están los ejemplos. El Gobierno británico (socialista) rescató a Northern Rock, pero el estadounidense (conservador) decidió que no podían caer los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac. Ahora, los gigantes del automóvil General Motors, Ford y Chrysler han pedido al Congreso de EE UU un crédito de 40.000 millones de dólares para hacer frente a sus dificultades económicas. Más cerca, el Gobierno valenciano (PP) ha avalado a las entidades financieras de su territorio para que puedan conseguir 300 millones de euros de liquidez.
ITALIA, INFRANQUEABLE.– Tampoco los países son tan distintos. Vimos las críticas al Gobierno español por interferir en la venta de Endesa a la alemana E.On, pero en la Italia de Berlusconi, Sacyr se acaba de quedar sin el contrato que había ganado para construir una autopista al sur de Milán. También ocurría con Prodi. Abertis se vio forzada a renunciar en el último momento a comprar Autoestrade y los tribunales arrebataron a Ferrovial la autopista entre Mantua y Cremona, después de haberse adjudicado el concurso. Claro que también Airbus se ha quedado sin el mayor contrato militar del año, el de los aviones de aprovisionamiento para el Ejercito de Estados Unidos (que en una parte significativa se iban a hacer en España) porque las autoridades americanas creen que un contrato de este tipo no debería escapar del país. ¿Dónde están los que defendían con tanto vigor la venta de Endesa a una multinacional extranjera?
TRAGARSE LA MEDICINA PROPIA.– Las financieras estadounidenses comercializaban productos tan sofisticados que nadie llegaba a saber lo que se escondía bajo unos nombres tan glamurosos. Así pasó lo que pasó. Pero la experiencia le ha servido a la FED para ponerse dura y está exigiendo a los bancos que se traguen sus últimas emisiones, en las que los clientes han salido muy perjudicados, si no quieren tener aún más problemas. Así que, ante la amenaza de pagar en sanciones más de lo que van a perder, están recomprando, uno a uno, los productos que les habían recomendado a sus clientes. No está mal tragarse, de vez en cuando, la propia medicina.
UNA ‘EXPERIENCIA’ POCO SATISFACTORIA.– Hace unos meses, el Valencia contrató su camiseta con Valencia Experience por seis millones de euros por temporada, el doble de lo que pagaba Toyota. Pero nada parece salir bien en el club levantino y el nuevo patrocinador no ha pagado ni un euro. Tampoco nadie sabe muy bien de qué va la tal Valencia Experience. El problema no es pequeño, porque el club ya ha impreso todas las camisetas que pensaba vender en la temporada y si, como parece, tiene que buscarse otro espónsor, le costará tres millones de euros volverlas a estampar y tardará cuatro meses en tenerlas preparadas para la venta. Así que, pague o no pague, el equipo ha saltado al campo con la camiseta de la (mala) experiencia.