La reforma fiscal India, el último paso para llegar a la cumbre
La República de la India, ese país hiperpoblado situado en el sur del continente asiático, se prepara para ser la primera economía mundial del siglo XXI. El último paso en esta dirección es una reforma fiscal para crear un solo impuesto nacional sobre bienes y servicios (el GST) que reemplazará a partir de julio la actual maraña de impuestos federales, estatales (el país está compuesto por 29 estados) e interestatales. Una jugada que puede impulsar la economía a primera línea de la economía mundial.
Desde que se independizó del Reino Unido en 1947, es la primera vez que la India lleva a cabo una reforma de la fiscalidad. Por eso, es normal que hayan surgido divisiones entre quienes defienden la necesidad de llevarla cabo, convencidos de que la simplificación de los impuestos creará un mercado único y a largo plazo estimulará el crecimiento de la economía, y aquellos críticos que auguran un aumento de la inflación. Llevan estancados una década en el debate parlamentario y aún tienen pendiente decidir si los carburantes le corresponden al Gobierno central o a los estados.
La situación actual de la India
La economía india es actualmente la séptima del mundo en términos de PIB. En 2016, la variación anual del IPC fue del 6,1% y la media de crecimiento de su economía en los últimos veinte años ha sido del 7%. A largo plazo, sus perspectivas también son positivas, debido a la juventud de su población unido a unos buenos niveles de ahorro y de tasa de inversión. En la próxima década se da por hecho que India se convertirá en la tercera economía del mundo.
De cara al exterior, la reforma es una llamada de atención a los inversores, lo mismo que pretende el programa de atracción de capitales denominado ‘Fabrica en India’, que ha abierto numerosos sectores al capital externo. Saben que el país puede ofrecer uno de los diez mayores mercados de consumo del mundo, aunque en el ranking del Banco Mundial sobre facilidad en los negocios está muy atrás, en el puesto 130 de 185 países.
Cómo es la fiscalidad India
El GST integrará a la mayoría de los impuestos indirectos sobre el valor añadido y los especiales, excepto los del alcohol y los combustibles, unificando más de veinte tasas diferentes. Se convertirá en el impuesto único para un país que actualmente tiene una enorme cantidad de tributos, imposibles de gestionar.
El nuevo GST tendrá solo cuatro tramos y uno adicional para los llamados bienes ‘pecaminosos’ o de ‘demérito’ que en la India son el tabaco, las bebidas gaseosas, y los coches de lujo, en los cuales las tasa llega hasta el 40%.
La fiscalidad India descansa sobre los impuestos indirectos, que aportan la mayor parte del volumen de la recaudación. Se estima que solo el 2,9% del total de la población hace la declaración de Renta. Por un lado, existe una absoluta falta de control sobre millones de pequeños comerciantes y empresarios, y por otro, hay un gran número de exenciones.
La inexistencia de un sistema armonizado de imposición indirecta en el conjunto del país ha dado lugar a fuertes distorsiones en el proceso productivo, derivados de los distintos tipos que se aplican en cascada a la producción industrial. A los impuestos indirectos del estado central, se suman los que imponen cada uno de los estados y una lista de pequeños tributos, los de la Concurrent List, sobre competencias que son compartidas entre ambos. En principio, las autoridades locales no tienen reconocida en la Constitución ninguna capacidad tributaria, pero los gobiernos estatales pueden delegar en ellas algunas de sus competencias.
Cualquier empresa, ya sea india o extranjera, está sujeta al impuesto de sociedades, aunque no está muy desarrollado. La complejidad del sistema, por el notable número de exenciones y deducciones, junto con las deficiencias en el registro, hace que la recaudación sea muy inferior a lo que debía corresponder a la actividad económica del país.
No es fácil saber si la reforma tendrá éxito, pero lo que sí es seguro es que el número de contribuyentes se ha ido incrementando año tras año en los presupuestos y esa es ya una base de partida muy poderosa para hacer crecer la recaudación.