Residuos de peces para alimentar las algas
Las piscifactorías han ayudado a convertir la pesca en una actividad más sostenible, al aliviar la presión sobre los recursos naturales, pero también ellas deben buscar la convivencia con su entorno, generalmente rías o estuarios costeros y ahí es donde la gestión de sus residuos puede plantear problemas. Hasta ahora no había otra solución que depurar el agua pero hay quien está estudiando otras que, en vez de añadir un coste, supongan una nueva línea de negocio para la piscifactoría. Se trata de cultivar simultáneamente varias especies que actúen de manera sinérgica.
Tres empresas cántabras –Ecohydros, Investalga y Rodecan– han formado un consorcio para investigar de qué modo los residuos de la acuicultura pueden servir de nutrientes para el cultivo de algas dentro de la misma instalación. De esta manera, la piscifactoría extendería su actividad a la obtención de un recurso cuya demanda está en alza en sectores como la industria farmacéutica, la cosmética, e incluso la culinaria.
Una planta piloto
Cada uno de los socios aporta un elemento esencial para que el proyecto de investigación pueda llevarse a cabo. Ecohydros, una consultora especializada en ecosistemas acuáticos, es la responsable de los cálculos, simulaciones y controles, mediante sensores, de las condiciones en que se están desarrollando las algas. Sus análisis permitirán saber cómo crecen, la cantidad de nutrientes que absorben y el impacto de factores como la luz o la temperatura del agua. Con los modelos de simulación que elaboren se podrán hacer pronósticos sobre el rendimiento de un cultivo de algas sometido a ciertas condiciones.
Investalga, otro de los socios, aporta su conocimiento específico sobre el cultivo de estas plantas y las variedades más aconsejables. Por último, la planta de acuicultura Rodecan servirá para poner en marcha el programa piloto que el consorcio está diseñando y que está muy avanzado. Ya se están instalando los tanques de cultivo y solo falta determinar qué especies de algas pueden cultivarse con más rentabilidad de todas las que se dan de forma natural en nuestras aguas.
La ampliación a otras especies
El interés por el cultivo de las algas y microalgas se ha visto relanzando al aplicarse a su estudio las técnicas de biología molecular, que han permitido ampliar su uso en el campo de la farmacología o de la nutrición, pero las algas son solo una de las posibilidades que ofrece la recirculación de los residuos procedentes de una piscifactoría. “Lo mismo que hablamos de algas podemos hablar de otros organismos de diferentes niveles tróficos que resulten interesantes de producir” –anuncia Agustín Monteoliva, director de Ecohydros–. Cita los invertebrados marinos que descomponen la materia orgánica, moluscos como los mejillones o incluso los pepinos de mar, que aquí no tienen salida comercial pero en China son una delicatessen. “Es una línea muy amplia y con mucho recorrido”, explica este biólogo y doctor en Ciencias del Mar, que optó por crear su propia empresa en Cantabria, su tierra natal, hace ya 13 años.
Los promotores del proyecto confían en contar con resultados a mediados del año que viene. Su iniciativa se ha visto avalada por el apoyo de Sodercan, que la ha incluido entre los proyectos de investigación en biotecnología seleccionados en el último ejercicio. Cada uno de los socios ha recibido una ayuda pública que, sumadas, suponen cerca de 150.000 euros para una investigación que durará dos años. De ella se podría derivar no solo una tecnología patentable, sino la posibilidad de ofrecer un servicio asociado, como la aplicación de esa tecnología a piscifactorías de todo el mundo.