Tecnología a distancia
Llegaron de manera discreta para integrarse en un sector, el de las nuevas tecnologías, en el que no llama demasiado la atención la aparición de nuevas firmas. Pero la elección de Santander para entrar en el mercado español por parte de la holandesa Incentro encierra algunas claves interesantes para quienes no encuentran suficiente volumen de negocio en el mercado local. Cantabria puede ser una base perfecta para prestar servicios basados en las tecnologías de la información y la comunicación a clientes situados en otros países europeos.
Incentro entendió rápidamente estas ventajas y en septiembre de 2010 desembarcó en Santander con cuatro personas. Hoy da empleo a 25. Desde las oficinas que tiene alquiladas en un palacete de El Sardinero atiende a sus clientes holandeses y, a la vez, se va abriendo hueco en el competido mercado español.
El suyo es el mejor ejemplo de las posibilidades de trabajar a distancia que encierran las nuevas tecnologías y no solo para quienes optan por el teletrabajo. Tampoco las empresas han de estar necesariamente ubicadas lo más cerca posible de sus clientes. Como ocurre con Incentro, pueden optar por trasladarse allí donde están los trabajadores, algo que parece invertir la lógica tradicional pero que en este caso es perfectamente justificable, ya que sabían que en Cantabria podrían encontrar informáticos cualificados y unos salarios e impuestos más competitivos que otros países de la Unión Europea, lo que indica que, al menos en este campo, sí somos competitivos.
La elección de Santander
En la elección de Santander ha tenido mucho que ver el conocimiento que ya tenían de la ciudad sus directivos, asiduos participantes en los cursos de verano. A las ventajas de costes sobre Holanda se une la calidad de vida de la región y la existencia de una cantera de jóvenes ingenieros informáticos formados en la Universidad de Cantabria o en centros como Cesine. De hecho, buena parte de los 25 jóvenes que trabajan en la delegación santanderina proviene de ese centro privado y tan solo tres personas son de nacionalidad holandesa, los dos gerentes, Niek Witte y Mathijs Kreugel, y el encargado del control de calidad, que testa los programas de software y el funcionamiento de las páginas web antes de su entrega al cliente.
Una potente firma europea
Incentro se creó en 1996 en Rotterdam y abrió oficinas en La Haya, Amsterdam y Utrech. Recientemente ha dado el salto a Alemania, abriendo una delegación en Münster. Su plantilla ha alcanzado ya los 150 empleados a los que ofrece una cultura de empresa que participa de la filosofía desenfadada y ausente de relaciones jerárquicas que ha puesto de moda Google. Este entorno laboral le ha valido ser considerada como la mejor empresa para trabajar en Holanda.
Su gama de servicios abarca todo lo que tiene que ver con tratamiento y gestión de la información, desde la creación de páginas web corporativas o intranets a las áreas de business Intelligence o la gestión de contenidos. Cuentan también con herramientas de Google para ayudar a las empresas a encontrar, con la misma rapidez que en Internet, cualquier documento interno y aligerar una búsqueda que a menudo suele consumir demasiado tiempo. Las tecnologías que implanta requieren una licencia y son programas dirigidos a empresas de cierto tamaño, aunque pueden ser de cualquier sector.
Clientes cántabros
Entre sus clientes se encuentran administraciones públicas, como el Gobierno regional de Zuid-Holland, para el que ha diseñado una solución informática que permite unificar los datos de todos sus departamentos en un servidor central y extraerlos con un software de tratamiento de la información. También ha trabajado para la Agencia Tributaria holandesa y para un club de fútbol, el AZ Alkmaar, deseoso de crear una escuela de fútbol online con la que compartir el conocimiento y la experiencia de entrenadores y jugadores. Otro de sus clientes recientes es la editorial Infinitas Learning, dedicada a la publicación de material educativo, para la que ha ideado una herramienta que automatiza todo el proceso de producción de los libros, desde la recepción de contenidos gráficos y literarios hasta su impresión final.
Aunque el grueso de la facturación de la sede cántabra proviene de los trabajos que realiza para empresas holandesas, cuenta ya con algunos clientes en la región. Es el caso del grupo Codelse, o de firmas como Arenas y Asociados o el propio Centro de Negocios Sardinero, en el que tienen su sede. También han trabajado para una firma madrileña especializada en la venta de maquinaria industrial y recientemente han llegado a un acuerdo con el grupo vasco Neinor.
Incentro se plantea ampliar su campo de acción a empresas de otros puntos del país para depender cada vez menos de la matriz holandesa. Aunque el mercado español es todavía un territorio por explorar, el mero hecho de trabajar desde Cantabria para sus clientes holandeses demuestra las posibilidades de la región en unas tecnologías donde la distancia no significa nada.