Todas las aguas de la región estarán depuradas
en 2010
Con todos los núcleos de más de diez mil habitantes conectados a sistemas de depuración o en camino de estarlo y un canon a punto de aplicarse, Cantabria deberá afrontar en el próximo quinquenio el reto de extender el saneamiento a toda la región.
Aunque aún no pueden percibirse los efectos de dos de las grandes obras de infraestructuras, la depuración de todas las aguas de las cuencas del Besaya y del Asón, al estar pendiente su finalización, lo cierto es que en pocos años se ha dado un paso de gigante para saldar el poco honroso lugar que ocupaba la región en el tratamiento de las aguas residuales, que iban a parar a los ríos o al mar sin ninguna depuración. En la última década se ha acometido el saneamiento de las concentraciones de población más importantes y, por tanto, los que resultaban más urgentes. El nuevo Plan 2006-2010 que prepara el Gobierno cántabro va a llegar a los núcleos de más de dos mil vecinos y a sanear comarcas cuya población supere los diez mil habitantes o aquellas que tengan una especial trascendencia ambiental. Además, la Consejería de Medio Ambiente quiere llegar a conseguir hasta el saneamiento de las viviendas aisladas, a través de un control de fosas sépticas. Se trata de diseñar estrategias eficaces en una región donde hay centenares de núcleos habitados y económicamente viable, puesto que ya no podrá contarse con la ayuda de los fondos de cohesión europeos.
Cuando a principios de año comience a aplicarse el nuevo plan de saneamiento, se empezará a trabajar por las zonas de elevado valor ecológico, como las rías de Tina Mayor y Tina Menor, en las que se quiere preservar su calidad medioambiental, y poblaciones como Comillas, con un elevado número de residentes en verano y cuyos vertidos afectan a una zona costera especialmente sensible, por su cercanía al parque natural de Oyambre.
Colaboración privada
El Plan también se verá obligado a ampliar saneamientos ya existentes, pero que han sido desbordados por el crecimiento turístico. Es el caso de Castro Urdiales, donde será necesario integrar zonas que han crecido tan espectacularmente como Sámano, que no están conectadas a la red de saneamiento.
Entre las proyectos que se acometerán en los próximos años se encuentra también la depuración de la cuenca del Asón, en el eje Arredondo-Ramales-Gibaja, y la extensión del saneamiento del Pas a la cuenca entera del Pisueña, llevándolo hasta Santa María de Cayón. Núcleos tradicionalmente olvidados, como el Valle de Villaverde, se van a ver también incluidos, lo que permitirá completar el saneamiento del Agüera, el cauce fluvial al que van a parar los vertidos de Villaverde, y que desemboca en un punto de alto valor ecológico, la ría de Oriñón.
El objetivo último es lograr que todos los núcleos de más de dos mil habitantes se incorporen a los grandes saneamientos existentes y, allí donde no sea posible, crear sistemas específicos, como en Comillas o Ramales. “Se trata –resume el director de Obras Hidráulicas, Francisco Martín– de llevar en estos cinco años el saneamiento a todos los rincones de Cantabria”. Esto no significa, advierte Martín, que sea el sector público el que lo haga en todos los casos, pero sí creará las directrices para que la empresa privada pueda actuar; por ejemplo, en el mantenimiento de las fosas sépticas en núcleos aislados y el traslado de sus vertidos a depuradoras.
Todas estas actuaciones van a requerir una inversión de 130 millones de euros, que deberán salir, exclusivamente, de las arcas regionales.
Obras de transición
Mientras se perfilan estos proyectos, continúan las obras en los grandes saneamientos que quedan por concluir. Es el caso de las depuradoras (EDAR) del Alto Besaya y Renedo de Piélagos, dos actuaciones contempladas en el Plan que concluye este año y todavía no finalizadas. Más complejo es el caso de la depuradora de Suesa, donde la presión vecinal ha forzado a la Consejería de Medio Ambiente a buscar un nuevo emplazamiento para la EDAR. A pesar del retraso, se confía en que esté operativa a finales de 2006.
En teoría, hay una gran obra de saneamiento ya completada, la de la Bahía de Santander, pero la realidad es bastante distinta. Queda por sanear todo el arco sur. A las obras ya iniciadas de Camargo y Villaescusa –Astillero ya está conectado–, se sumarán en breve las de Pontejos, Heras, Pedreña, Somo y Loredo, de manera que, en poco tiempo, se podrá hablar con rigor del saneamiento integral de la bahía santanderina.
Dos actuaciones emblemáticas
Dejando aparte el hito histórico que significó la entrada en funcionamiento del saneamiento de la ciudad de Santander, con la puesta en marcha de la EDAR de San Román de la Llanilla en 2002, las dos obras que más impacto van a tener en la calidad ambiental de la región son las que se están llevando a cabo en las Marismas de Santoña y en la cuenca del Besaya (Vuelta Ostrera).
Ambas están siendo afrontadas con ayuda del Ministerio de Medio Ambiente a través de la Confederación Hidrográfica del Norte, y serán las últimas en contar con fondos de cohesión.
El más avanzado es el sistema de saneamiento que confluye en la depuradora de la Vuelta Ostrera, en plenas marismas de la Ría de Requejada, donde se están concluyendo las conexiones con los núcleos urbanos de la cuenca baja del Besaya. Según las previsiones de Medio Ambiente, a comienzos del próximo año se empezarán a depurar las aguas residuales de Suances, mientras que los vertidos de Torrelavega podrían ser tratados a partir de la primavera de 2006. Por primera vez, la Ría recibirá las aguas convenientemente depuradas, aunque el objetivo final es enviarlas a través de un emisario submarino cuya licitación podría producirse el próximo año.
Otra obra de gran envergadura es la que se está ejecutando en las Marismas de Santoña. Aquí, al contrario de lo ocurrido en la Vuelta Ostrera, se ha optado por comenzar por el emisario, una tubería de polietileno de más de un metro y medio de diámetro y 3,5 kilómetros de longitud, que fue remolcada por un barco el pasado verano desde la ciudad sueca de Goteborg.
Esta primera fase incluye también la construcción de la depuradora en San Pantaleón (Arnuero) y el ramal que la conectará con las aguas de Argoños hasta Escalante. En fases posteriores se prolongará la tubería hasta Gama y Laredo, para lo que será preciso construir un túnel visitable por debajo de la ría del Asón. La obra tenía previsto concluir en su planificación original con el saneamiento de los valles de Voto y Ampuero pero, a petición del Gobierno cántabro, el Ministerio de Medio Ambiente decidió incluir el saneamiento de las marismas de Victoria y Joyel, lo que va a permitir extender la red de depuración hasta Arnuero y Noja.
Esta ambiciosa actuación, que podría estar operativa en 2007, va a permitir la preservación del humedal más importante del litoral cantábrico, de una gran riqueza biológica y sobre el que existe una creciente presión por el desmesurado crecimiento urbanístico de algunos núcleos de su entorno donde, en un futuro próximo llegarán a vivir más de 160.000 personas.