Una inversión ecológica

Podría ser considerada como una alternativa más para rentabilizar los ahorros pero, a diferencia de otros productos financieros, posee una dimensión ecológica que lo hace atípico. Se trata de invertir en madera noble, un recurso cada vez más escaso y cuya demanda crece día a día.
Bosques Naturales, una empresa agroforestal creada hace ocho años y pionera en España en este original planteamiento de negocio, ofrece la posibilidad de realizar inversiones a medio y largo plazo en árboles de madera noble con alto rendimiento económico (nogal, cerezo, peral y fresno) en las plantaciones que tiene en Madrigal de la Vera (Cáceres), Burujón (Toledo) y Arenys de Mar (Gerona).
La inversión mínima es de 10 árboles, lo que equivale a 2.700 euros (450.000 pesetas), aunque la unidad de inversión son lotes de cuarenta árboles, a un precio de 10.800 euros (1.800.000 pesetas). Los cálculos de rentabilidad que la empresa realiza para estos lotes, en base a las proyecciones del mercado internacional de la madera, arrojan una cifra que oscila entre los 13.108 euros a los tres años (6,67% anual) y los 103.142 euros (17.161.423 pesetas) en 19 años (12,61%), el plazo de tiempo que transcurre hasta la corta, con excepción del fresno cuyo ciclo productivo es de 17 años. Si el cliente mantiene su inversión hasta entonces, el importe a percibir será el que pague el mercado al subastar la madera. Si vende antes, por sí mismo o a través de Bosques Naturales, obtiene el precio inicial y el valor correspondiente al crecimiento que hayan podido tener los árboles y al incremento del precio de la madera.
En el cálculo de la rentabilidad siempre intervienen los dos parámetros: el aumento de la madera producida por los árboles, (estimado en un 10% por año) y el encarecimiento de esta materia prima, que en los últimos 30 años ha mantenido una revalorización media anual del 8%.
El sistema cuenta también con el apoyo de una fiscalidad ventajosa, que considera al árbol como bien inmueble, por lo que le aplica un tipo único del 18% sobre la plusvalía en el momento en que se hace efectiva.
El inversor actúa como con cualquier otro producto financiero, dado que su papel en todo el proceso es muy pequeño. Bosques Naturales se compromete al cultivo y mantenimiento de los árboles y, llegado el momento de la tala, se encarga de vender la madera, cobrando el 10% del importe obtenido en concepto de gastos de mantenimiento, tala y gestión de venta.
Los árboles asignados a cada cliente están identificados dentro de las fincas, y un sistema de localización por GPS les permite localizarlos si lo desean.

Producción intensiva

La clave para optimizar la rentabilidad de estos productos forestales radica en acortar el plazo de crecimiento de unos árboles que suelen tener un ciclo relativamente lento. El secreto es utilizar unas plantas genéticamente seleccionadas con el fin de que los árboles no produzcan fruto sino sólo madera. La selección genética asegura también una elevada inmunidad contra las plagas y enfermedades, que se refuerza con los tratamientos fitosanitarios aplicados durante todo el crecimiento y las técnicas agronómicas modernas, desde el riego por goteo a la fertirrigación, podas de formación y calidad, etc.
Las medidas destinadas a garantizar los rendimientos económicos de los inversores se complementan con una póliza multirriesgo y con una reserva de árboles de la misma especie y edad con los que sustituir a los que puedan malograrse.

Plantaciones llave en mano

En el capital de la sociedad participan a través de una empresa de capital riesgo (CRM) Caja Madrid, la Comunidad Autónoma madrileña y la Cámara de Comercio de aquella comunidad, además de varias madereras. La empresa tiene algo más de mil hectáreas en propiedad, pero también ofrece servicios a fincas ajenas a través de “plantaciones llave en mano”, utilizando sus técnicas y conocimientos agronómicos para el crecimiento rápido de árboles de madera noble. Los propietarios de las fincas pueden contratar el cultivo y mantenimiento de los árboles plantados durante todo el ciclo aunque la elevada inversión que requieren estas plantaciones intensivas de madera noble –que multiplican por diez las habituales en otras fórmulas de explotación extensiva– exigen al menos 100 hectáreas para asegurar la rentabilidad del proyecto.
Este requisito dificulta la aplicación de esta fórmula en las comunidades de la Cornisa Cantábrica, con una estructura de propiedad de la tierra caracterizada por el minifundismo. De hecho, en Cantabria la superficie media de las fincas en manos privadas –que suponen el 40% de los montes de la región y que están situadas en la franja más productiva– no excede de tres hectáreas. Si se contase con la superficie adecuada, las plantaciones llave en mano podrían ser una interesante alternativa al monocultivo del eucalipto, predominante en la zona costera. Sobre todo teniendo en cuenta la tendencia a la baja que está experimentando el precio de esta madera, que ha pasado en un año de las 3.800 pesetas por estéreo (lo que cabe en un metro cúbico) a 2.230 pesetas. Una bajada que tiene su origen en el elevado stock de materia prima, tanto de pasta como de madera que tienen en estos momentos las papeleras.
A favor del eucalipto juegan las escasas inversiones que requiere para su aprovechamiento. Considerando la totalidad del ciclo productivo, que fija en 15 años el momento idóneo de la corta, con un gasto aproximado de 200.000 pesetas por hectárea se puede obtener una rentabilidad cercana a los dos millones de pesetas.

Proyectos para la cornisa cantábrica

A pesar de las dificultades que plantea la necesidad de tener que contar con grandes superficies, la obtención por los técnicos de Bosques Naturales de un clon de roble americano especialmente idóneo para las condiciones climatológicas de la Cornisa Cantábrica, ha reforzado el interés de la empresa por aplicar sus proyectos de biotecnología en las comunidades del norte de España.
Bosques Naturales trabaja en estos momentos en proyectos de plantaciones cuyo umbral de rentabilidad se situaría entre 35 y 40 hectáreas y no se descarta la posibilidad de dotar a esas miniplantaciones de vivienda, y ponerlas a la venta con la condición de que el comprador asuma el compromiso de que, una vez que se produzca la primera tala, a los 19 años, la finca será de nuevo replantada. Como indica un portavoz de la empresa “nuestro negocio no está en la venta de suelo, sino en el aprovechamiento y explotación de la madera”.

Salto a México

Bosques Naturales ha dado un primer paso en sus planes de expansión licenciando tecnología a empresas mexicanas con el fin de introducirse en el mercado norteamericano. La empresa gestionará dos plantaciones dedicadas a la recuperación de especies tropicales de gran valor y en vías de extinción, como la caoba, el cedro o la teca. Las plantaciones estarán situadas en el estado de Tamaulipas y juntas sumarán una extensión de 10.000 hectáreas.
El hecho de que Estados Unidos sea un gran consumidor de este tipo de maderas, y de que México pertenezca, junto a Canadá y EE UU, al Tratado de Libre Comercio, ha llevado a Bosques Naturales a elegir este país como forma de soslayar los aranceles norteamericanos mediante la creación de una empresa mixta. Entre los planes de la empresa española se encuentra también la posibilidad de licenciar sus técnicas agronómicas en Europa, comenzando por Francia e Italia.
La fórmula de Bosques Naturales para convertir la madera noble en un producto financiero ha abierto el camino a iniciativas similares, como la emprendida por Maderas Nobles del Segura, y ha atraído también la atención de un importante grupo constructor español que estudia la posibilidad de realizar plantaciones de gran extensión.

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