Una solución para mejorar los aislamientos
Encontrar, por ejemplo, una solución para un problema doméstico puede ponerte en la pista de un posible modelo de negocio. Algo así le ocurrió a Carlos Cabrillo, un licenciado en Físicas que, buscando cómo resolver un problema de humedades en su domicilio, encontró una solución tecnológica para un problema que es muy común en un clima como el de Cantabria y con un parque de viviendas en el que la ausencia de aislamientos es algo muy generalizado.
Junto con otros dos socios, Pablo Ruiz y Francisco Alonso, con profesiones vinculadas al mundo de la construcción, creó el grupo ACR, orientado hacia la eficiencia energética en todos sus aspectos, y especializado en el aislamiento térmico y acústico de las viviendas con la mínima obra. Lo consiguen insuflando materiales como celulosa, lana de roca o bolitas de poliestireno expandido en la cámara de muros y paredes.
Hasta la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación, en 2006, el aislamiento de las viviendas solía resolverse dejando una cámara entre la fachada y la pared interior de las viviendas o entre los tabiques que las separan dentro del edificio. Pero, para evitar humedades y proteger del frío resulta mucho más eficiente rellenar esa cámara de aire con el aislamiento adecuado. Algo con lo que, en teoría, deberían contar los edificios de nueva construcción, pero que no siempre se hace.
Las virtudes de la celulosa
El producto estrella de ACR, Aislaplus, es una celulosa de la firma alemana Isofloc, un material reciclado que se ha demostrado como un aislante excepcional. Es un producto tratado para la resistencia al fuego y a los parásitos, aunque para zonas que vayan a estar en contacto con focos intensos de calor, como chimeneas o falsos techos para iluminación halógena, es más adecuada la utilización de lana de roca, un derivado de la piedra volcánica.
La colocación de estos materiales en la cámara se hace inyectándolos a través de tres pequeños agujeros, de unos cuatro centímetros de diámetro, situados a diferentes alturas para que se distribuyan de manera homogénea, y practicados en las zonas menos visibles de la habitación. Una mano de pintura hace desaparecer, en cualquier caso, toda huella de esta discreta intervención.
ACR ganó el pasado verano uno de los Premios al Emprendedor Universitario (UCem) creados por la Universidad de Cantabria. Un reconocimiento que le ha servido de apoyo para iniciar su andadura, al facilitarles el acceso al Centro de Empresas de Camargo y un año de asesoramiento por parte de la consultora Glezco.