El fuel del ‘Prestige’ es inertizado en Cantabria
Los restos del ‘Prestige’ no reposan sólo en una fosa atlántica. Además de las manchas de fuel a la deriva que todavía amenazan nuestras costas, parte de su carga, la que llega a las playas y acantilados de Cantabria, se envía desde principios de diciembre a un vertedero industrial de la localidad de Amorebieta (Vizcaya). Para poder depositarlo allí ha sido preciso neutralizar su potencial contaminante, una labor que han llevado a cabo en Cantabria dos empresas autorizadas para la gestión de residuos peligrosos: Tedes y Lunagua.
En el tiempo transcurrido desde la imprevista llegada a Cantabria de los primeros grumos de chapapote, más de 8.000 toneladas de material inertizado –4.000 toneladas de fuel y otras tantas de productos estabilizantes– han sido trasladadas desde el polígono de Guarnizo, donde se ubican ambas empresas, hasta el vertedero vasco, cerrando así un circuito que arranca en el trabajo de limpieza que realiza el personal contratado por el Gobierno regional y los voluntarios en numerosas playas de Cantabria.
Monolitos inertes
La tarea de las empresas de tratamiento a las que ha recurrido la Empresa de Residuos de Cantabria, comienza con la llegada a las instalaciones de Tedes y Lunagua de las galletas de fuel recogidas en las playas. El primer paso consiste en preacondicionar el chapapote mezclándolo con un material absorbente, la sepiolita, que además de secar el fuel para evitar que siga fluyendo, lo fragmenta en pequeñas bolitas. Esta operación de secado permite su posterior manipulación en una cinta transportadora en la que se procede a separar los plásticos, maderas y demás restos que suelen llegar mezclados con las galletas de chapapote. Una vez aislados, los restos de fuel pasan a una máquina mezcladora donde se le añade cemento y otros elementos aglomerantes hasta convertirlo en un material inocuo, al quedar su potencial toxicidad encapsulada en lo que los técnicos describen como monolitos inertes e inofensivos.
Al finalizar el proceso, cada kilo de fuel estabilizado se ha convertido en 2,2 kilos de un material terroso cuyo depósito en el vertedero de Amorebieta ha costado hasta el momento al Gobierno cántabro más de 56 millones de pesetas (siete pesetas por kilo), sin contar el coste del transporte y el tratamiento en las empresas especializadas.
Recuperar el fuel
En la comunidad vasca, donde gran parte del chapapote ha sido recogido en alta mar por barcos pesqueros, se ha optado por recuperar el fuel en vez de inertizarlo. Una planta móvil de Tedes ha sido la encargada de filtrar el fuel recogido para, una vez limpio de algas y otros restos, calentarlo y bombearlo a cisternas para su traslado a la refinería de Petronor donde se recupera como combustible.
En Asturias se ha empleado un procedimiento parecido para el fuel recogido en alta mar, que ha comenzado a ser quemado en industrias cementeras, donde alimenta los hornos.
Esta solución se desestimó en Cantabria debido a que la mayor parte del fuel retirado procede de las playas y, por tanto, llega mezclado con una gran cantidad de arena y otros restos. El combustible recogido en los primeros días por los barcos pesqueros, finalmente ha tenido el mismo tratamiento que el proveniente de las playas y también ha sido inertizado.
Limpieza criogénica
La limpieza de rocas manchadas por el fuel, plantea dificultades para las que no basta el entusiasmo de los voluntarios. En Galicia se está aplicando un sistema de limpieza con agua de mar a presión y a temperatura ambiente para desprender el chapapote de las rocas, pero eso provoca que vuelva a las aguas del mar, donde tampoco es fácil de recoger.
La empresa Tedes está realizando pruebas en Cantabria de un sistema de criogenización basado en el dióxido de carbono. El método consiste en disparar gas CO2 contra las manchas. La energía cinética del impacto desprende el chapapote, mientras que el gas congela las manchas de fuel, que se desprenden de la piedra y convertidas en un polvo liofilizado resultan fáciles de aspirar. Un método más eficaz pero también más caro.