PANORAMA INTERNACIONAL

LA BATALLA DE LAS EJECUCIONES  
Hipotecarse es un trago amargo para quien lo tiene que pasar, pero que el año pasado 2,3 millones de hogares estadounidenses se encontrasen con hipotecas pendientes de ejecución convierten este asunto en un auténtico problema social. Los legisladores americanos no sólo deberían pensar en planes de rescate financieros, sino también en medidas para reducir las ejecuciones forzosas.
Los prestamistas no quieren quedarse con enormes cantidades de pisos sin vender mientras los precios continúan cayendo, pero resulta difícil evitarlo porque los incentivos para los intermediarios hipotecarios no se han tenido en cuenta en el plan de rescate del Gobierno y las hipotecas están protegidas por ley.
El plan debe incentivar a los prestamistas para renegociar las hipotecas cuando sea posible, subvencionándoles por las negociaciones con éxito.
Tras la crisis, un régimen legal que conceda a los propietarios una posición menos privilegiada (ahora les basta con abandonar la casa) debería servir para frenar los préstamos irresponsables. Pero ahora necesitan ayuda.
Financial Times

UN CALIZ AMARGO
El nuevo secretario del Tesoro de los EE UU ha de beber de un cáliz amargo, ya que ha heredado un sistema financiero muy debilitado por la incertidumbre sobre el valor real de los llamados activos financieros tóxicos.
Los inversores están preocupados por la solvencia de los bancos americanos pero el Gobierno puede impedirlo poniendo precio a estos activos. El problema para el Tesoro es que debe dar valor a unas acciones que el mercado considera sin valor alguno (…)
El Gobierno se ve obligado a sobrevalorar esos activos, pero el Tesoro debería usar precios de mercado. Si ningún inversor quiere seguir por este camino, entonces el Gobierno debería inyectar capital en aquellos bancos que lo necesiten.
Un rescate semejante sería caro e impopular, pero uno de los fallos del anterior responsable del Tesoro fue precisamente no saber comunicar que los rescates se hacían en favor del hombre de la calle, que es quien necesita bancos eficaces, y no en favor de Wall Street.
Financial Times
JUGUETES PARA EL CONGRESO
El tren con destino a ninguna parte que es la Ley de Mejora de la Seguridad de los Productos para el Consumo puede chocar con las nuevas normas federales que ilegalizarán la venta de algunos productos infantiles.
Las quejas sobre esta ley se derivan de la obligación de certificar que todos los productos cuyos destinatarios sean niños menores de doce años no podrán superar unos determinados límites de plomo. Y, además, la ley se aplica de forma retroactiva.
El problema es que al aprobarse la mal conducida ley el pasado mes de agosto, la presidenta del Congreso dijo que con ella “estaremos quitando esos productos de las estanterías”. Sí, pero también a los dueños de los almacenes y a los empresarios jugueteros.
El caso no es librar las estanterías de plomo sino afinar la ley, de manera que no ponga a cientos de pequeños fabricantes en la calle (…)
Y eso lo va a hacer el mismo Congreso que va a gastar incontables millones en un proyecto de ley que puede estimular la economía poco o nada.
Wall Street Journal

OBAMA Y EL COMERCIO
En medio de la bacanal que supone el debate sobre el estímulo económico, ha sonado una nota discordante. Obama ha ejercido cierto liderazgo en materia de comercio, pero el Senado ha aguado su proyecto ‘compra productos americanos’.
El mundo observa con preocupación al Gobierno de Obama por si acaso emite señales proteccionistas tras sus promesas electorales de endurecer las relaciones con sus socios comerciales. Obama ha permitido que la Casa Blanca se tire en plancha al pedir normas públicas de contratación que violan claramente los compromisos de la OMC, aunque preguntado por el asunto, ha admitido no ser partidario de lanzar un mensaje proteccionista al mundo.
Para hacerse una idea del daño que estas ideas podrían causar basta con mirar a Brasil, donde su ministro de Desarrollo intentó que se añadieran 3.000 nuevos artículos a la lista de los que necesitan licencia de importación. Lula revocó la decisión para evitar que su país se identificara con el proteccionismo.
Esperemos que los EE UU no se deslicen por esta pendiente. Obama se mueve en la dirección correcta pero va a tener que gastar algo de su capital político en hacerse fuerte frente a los elementos más parroquiales de su partido.
Wall Stret Journal

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