Mercadona acelera el ritmo de aperturas
En las tiendas de Mercadona hay entre 7.000 y 8.000 productos distintos, un número suficientemente amplio pero bastante inferior al que puede ofrecer un hipermercado. Sin embargo, la realidad es que cubre más del 90% de las necesidades ordinarias de compra. El cliente (el jefe, como le denomina el presidente de la compañía, Juan Roig y secundan los empleados, sin excepción), es un objetivo permanente. Todos los esfuerzos van destinados a mejorar el grado de satisfacción, lo que incluye el precio. La compañía ha hecho un esfuerzo muy grande para reducir costes intermedios (por ejemplo, en envases, para que sean menos costosos o para que permitan transportar más unidades de producto en el mismo volumen). De esta forma ha contestado la crisis con algunas bajadas de precios –la última muy reciente– tratando, al mismo tiempo, de que no se resienta su margen, unos nueve céntimos por unidad vendida, algo que no han conseguido todos sus competidores.
La nueva tienda de Santander le ha supuesto una inversión de 2,4 millones de euros y cuenta con una plantilla de 45 trabajadores, que antes de incorporarse a su puesto de trabajo han recibido un curso de formación en la empresa.
El establecimiento dispone de una superficie de ventas de 1.679 metros cuadrados y un aparcamiento de 212 plazas. El edificio ha sido construido por la empresa cántabra Arruti, que también ha sido responsable de otras tres tiendas del grupo. A pesar de la situación de concurso, la constructora mantiene su actividad normal y un buen ejemplo es esta obra, que incorpora algunas novedades como los recuperadores de calor, la iluminación más eficiente, los temporizadores o las puertas automáticas que, en conjunto, van a aminorar el consumo energético en un 20%.
Acuerdo con la Cocina Económica
La mejora en la gestión también va dirigida a reducir el volumen de productos perecederos que se desaprovechan. Los responsables de cada tienda hacen estrategias de precios para dar salida al género fresco antes de ser retirado de la venta, pero es muy difícil que ese aprovechamiento llegue a ser del 100%. Por ese motivo, Mercadona ha optado por buscarle una salida social a todo lo que no puede comercializar y ha llegado a un acuerdo con la Cocina Económica de Santander para que disponga, a diario, de los productos que o bien están llegando al periodo final de venta o han sufrido algún tipo de desperfecto en el envase y son retirados de los estantes, aunque en ambos casos estén en perfectas condiciones de consumo.
Con la puesta en marca de este supermercado, Mercadona cuenta ya con ocho tiendas en Cantabria y una plantilla de 415 personas, todas ellas con empleo estable y de calidad.
Además de las aperturas, otro de los factores que ha intervenido decisivamente en el incremento del empleo en las tiendas es la decisión adoptada el pasado año de recuperar la venta al corte en la carnicería, a petición de los clientes, que no estaban del todo conformes con la completa sustitución por bandejas. La empresa ha vuelto a dar protagonismo a carniceros y pescaderos, ante la evidencia de que son unos prescriptores de ventas decisivos en un mundo en el que la clientela ya no es tan conocedora de las piezas ni de las especies o busca orientación sobre la mejor manera de preparar el producto.
La empresa abrirá en octubre otro supermercado más en Santander, ubicado en La Albericia y tiene en construcción el de Cabezón de la Sal, que también se concluirá en otoño. Por el momento no ha fijado el número de tiendas que completarían el mapa de la región pero sigue buscando locales en Santander, para realizar al menos una apertura más, y en Camargo, algo que no le resulta sencillo, tanto por la amplia superficie que requiere cada centro como por la necesidad casi ineludible de construir un aparcamiento.
Compras por valor de 294 millones
La compañía no explicita las ventas que realiza en Cantabria, pero sí las compras que hace a proveedores del sector primario, que suman 294 millones de euros. Buena parte de ellas se realizan en las lonjas de Santoña, Laredo, Colindres, Santander y San Vicente, en las que adquiere 2,27 millones de kilos de pescado para surtir a sus clientes de anchoa, caballa, bonito y sardina, entre otras especies locales. También es muy importante el volumen de leche que compra, 99 millones de litros, que representan alrededor de un 23% de toda la producción de Cantabria. Esta leche es recogida por Iparlat (uno de los fabricantes de su marca, Hacendado) en 301 ganaderías cántabras con las que mantiene relaciones estables. Otro interproveedor ubicado en la comunidad autónoma, Quesería Lafuente, adquiere 4,35 millones de litros de leche a 30 ganaderías. Lafuente produce los derivados lácteos de la marca Hacendado (mozzarella, mascarpone, quesos rallados, loncheados y queso fresco). En 2012 suministró más de 5,5 millones de kilos de estos productos a Mercadona.
La cadena de distribución comercial cuenta con 1.417 tiendas repartidas por todo el país, que facturan cerca de 20.000 millones de euros (unos 14 millones de euros por establecimiento). La plantilla alcanza ya los 74.000 trabajadores y el beneficio de la compañía es de 515 millones de euros, lo que representa un 2,9% de la facturación.