El climaterio, la segunda primavera en la mujer
Ser mujer y encarnar el climaterio en época de hostilidad patriarcal es una elección, una decisión a tomar en la vida de una mujer.
La revolución del femenino profundo es un tesoro escondido entre nudos, espinas y centrifugados, entre idas y venidas, entre sacudidas de alfombras de polvo añejo acumulado, visitas al inframundo, miradas honestas y una cantidad de visión que, a ratos, abruma hasta a la más valiente.
Las mujeres atesoran un diseño tan impecable en su universo corporal, espiritual y emocional, que la naturaleza abastece y organiza a las hormonas adecuadas para que se atrevan, entrega los dones para que estas mujeres den lugar a la verdad, ordenen sus vidas y creen un escenario donde poder hacerlo, sin negociaciones, sin filtros, sin engaños.
¿La van a seguir “ninguneando”? ¿Se van a hacer las locas con lo que esta ofrece? ¿Y si se entra por la puerta grande, orgullosas, sin esconderse? ¿Y si se celebra sin darse el pésame? ¿No es revolucionario?
Hay que tomar esta oportunidad y entrar por la alfombra roja a este umbral repleto de saberes, cosas a aprender y medicina espiritual, cuidarse desde antes que llegue esta etapa, igual que se preparan para los partos, para la lactancia, hay que prepararse para la gestación, la propia, la gestación de la mujer soberana del climaterio.
En los últimos ocho años del recorrido de Chi de Lluna acompañando este momento vital, ha comprendido la necesidad de abrir el camino a las mujeres que se resisten a encarnarlo, en especial a las mujeres a partir de los 40.
Se suele relacionar el climaterio y la menopausia con declives, pérdidas, dramas, sufrimiento, locura, irascibilidad, malhumor y duelos. Esto forma parte de la huella patriarcal y de la invisibilidad y la clandestinidad a las que ha sometido a esta etapa vital.
Comenzar a comprender la entrada a este momento, prepararse, darle la bienvenida, conocer sus peculiaridades y honrar lo que ofrece, importa y puede cambiar este tránsito. Se puede recorrer con amabilidad, escucha profunda y ponerla a favor de la salud física y emocional.
Hacerse las locas con el climaterio, temerle y resistirse a lo que ofrece, puede ser devastador, por lo que prepararse, caminarlo con orgullo, puede facilitar la alegría de vivir, el gozo, lo salvajemente bello y verdadero.
Hay que cuidarse, atreverse y no tenerle miedo porque será un gran aliado, un amante. Hay que nutrirse adecuadamente, entrenar la psique y el alma, y hacerlo juntas todas las mujeres, orgullosas de “encuerpar” la segunda primavera. No hay que hacerlo solas, sino buscar un círculo, tribu, estar entre iguales, sin juicios, con todos los permisos para ser real y nombrar, eso será la medicina.