Cantabria decide por su cuenta la caza de diez lobos ante la «importancia y recurrencia» de ataques
El Gobierno de Cantabria ha autorizado la caza controlada de un máximo de diez lobos en tres zonas de la región debido a la «importancia y recurrencia» de sus ataques al ganado y los daños causados, decisión adoptada en base al plan de gestión de la especie, incluida en el LESPRE, el listado de las silvestres en régimen de protección especial.
En concreto, el control poblacional se llevará a cabo en los municipios de Polaciones, Tudanca, su entorno y zona limítrofe con la mancomunidad -dos lobos-; en la Hermandad de Campoo de Suso -cuatro-; y en Ruente, Cabuérniga, Los Tojos y la mancomunidad de Campoo-Cabuérniga, otros cuatro ejemplares más, áreas que han sufrido 241 ataques entre septiembre y abril.
Así lo ha avanzado este martes el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, en una rueda de prensa en la que ha informado de las resoluciones de la Dirección General de Biodiversidad, que cuentan con el aval jurídico y técnico y se publicarán el miércoles en una edición extraordinaria del Boletín Oficial de Cantabria.
Ha comparecido ante los medios acompañado de parte de su equipo y de la totalidad de los representantes del sector ganadero en la comunidad autónoma -portavoces de organizaciones profesionales agrarias, cooperativas y asociaciones de ganado- tras la reunión mantenida con todos ellos para darles cuenta del acuerdo, que será comunicadi al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico el miércoles, con la remisión del anuncio del BOC.
Ha asegurado que estas órdenes «cumplen sobradamente» las exigencias de la Orden Ministerial que regula el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección (LESPRE) ya que no comprometen el estado de conservación de la especie y permiten la supervivencia de la actividad ganadera.
Y ha avanzado que en su departamento están trabajando en los diferentes territorios de la región para extender los lugares donde harán falta más resoluciones como las de ahora, dictadas -ha destacado- tras recibir los informes de la Dirección General del Servicio Jurídico que «confirman la competencia autonómica» para aprobarlas. «Somos soberanos» para hacer los controles, ha sentenciado Blanco, añadiendo que dichas resoluciones también avalan, desde el punto de vista formal, el modelo planteado por la Dirección General de Biodiversidad, que es «conforme a derecho».
Además, están basadas en informes de la subdirección general de Medio Natural que determinan los daños verificados por agentes y técnicos del departamento que son provocados por el lobo, así como la «importancia y recurrencia» de los ataques.
E indican asimismo que los controles no afectan «de forma significativa» al estado de conservación de la especie, que el pasado otoño dejó de ser cinegética por su inclusión en el LESPRE, medida recurrida en los tribunales.
El consejero ha enfatizado que Cantabria es la primera comunidad autónoma que ha llevado a cabo estos informes de las afectadas por la protección del cánido y la prohibición de cazarlo, en base -ha expresado- a una orden que venía a «retorcer la formula de necesaria extracción y control», y tras la cual la respuesta del departamento que dirige Teresa Ribera fue «darnos largas», se ha quejado.
ATAQUES Y DAÑOS
De las muertes de los diez ejemplares autorizadas ahora se encargarán funcionarios de la Consejería -agentes del Medio Natural-, como ha indicado su titular, que también ha ofrecido detalles de los ataques y daños en las zonas donde se ha acordado la extracción.
Así, desde el pasado mes de septiembre -cuando el lobo entró en el LESPRE- y hasta abril, en el área de Polaciones y Tudanca se han contabilizado 42 ataques a 18 explotaciones, que se han saldado con 44 animales muertos -diecinueve de bovino, trece de ovino y doce equino-. Se autoriza aquí el control poblacional de 2 ejemplares pertenecientes al grupo familiar 9 (Sejos) en ambos municipios.
En la de Cabuérniga, Ruente y Los Tojos 46 ganaderías han perdido 79 cabezas de ganado a causa de 70 ataques cánido -51 de equino, veinte de bovino y ocho de ovino, a las que se suman cuatro heridas: tres de equino y una de bovino-.
En esta zona se podrán extraer hasta cuatro ejemplares pertenecientes a los grupos 10 (Palombera) y 13 (Ruente) de los grupos familiares identificados en los informes anuales de seguimiento del Plan de Gestión del Lobo en Cantabria.
Y en la Hermandad de Campoo de Suso se han registrado 102 ataques del lobo en 44 explotaciones que han acabado con 108 ejemplares: 65 bovino, 38 equino, cuatro de ovino y una de caprino, más una herida.
Aquí se autoriza la extracción de hasta cuatro ejemplares de las manadas 11 (Brañavieja) y 12 (El Bardal), en el municipio, dos al norte de la carretera CA-183, y dos al sur de dicha vía.
EN LOS MONTES NO SE PUEDEN PONER PUERTAS NI CIERRES
«Los ataques tienen mucha importancia y recurrencia, que eran premisas que se necesitaban», ha defendido el consejero del ramo, que ha afirmado además que también se han adoptado las medidas de seguridad, igualmente preceptivas, para intentar evitar los ataques del lobo.
Pero en este punto ha precisado que forman parte de la cabaña ganadera de Cantabria unos doscientos mil ejemplares que en la actualidad están en los montes, la mayoría de vacuno, pero también caballar, ovino y caprino. Y «en los puertos de montaña no se pueden poner puertas ni cierres, ni hay perros que los cubran», ha evidenciado.
EL LOBO NO PUEDE CRECER EXPONENCIALMENTE
Así, teniendo en cuenta este modelo de ganadería extensiva, ha considerado que «la única medida» que se puede aplicar es, más allá de las ayudas establecidas para, por ejemplo, la adquisición de mastines que cuiden y protejan al ganado, el control poblacional de una especie que «no puede crecer exponencialmente».
Tras defender que el plan de gestión que tenía Cantabria antes de incrementarse la protección del cánido era «eficaz», el consejero ha explicado para finalizar que ahora, con la incorporación en el LESPRE, son los ayuntamientos los que solicitan ‘auxilio’ a la administración -antes eran los ganaderos- y los agentes del Medio Natural se encargan de corroborar los ataques y daños de los mismos.